El trigo para pan producido en la provincia de Buenos Aires alcanzó «buenos resultados» en la campaña 2016-2017, según estudios realizados a través de la Chacra Experimental CEI Barrow, informó el Ministerio de Agroindustria bonaerense.
El informe fue realizado también sobre trigo candeal por las especialistas Elena Molfese y Valentina Astiz, las que destacaron que «después de varios años de una importante disminución en la superficie destinada al cultivo de trigo, por falta de incentivo y trabas impuestas a su producción, en la campaña 2016-2017, se produjo un sustancial aumento de casi un millón de hectáreas».
En todas las localidades «la calidad comercial se perfila como excelente: Las diferencias surgen en rendimiento, siendo algo menor en el partido de Dorrego», dijeron.
Los estudios se centraron en los partidos de Dorrego, Tres Arroyos, San Cayetano, Laprida, Olavarría, Lamadrid, Benito Juárez y Necochea.
El análisis se concentró sobre 67 muestras de variedades puras de trigo pan que fueron recolectadas por los extensionistas de Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en cada partido.
«Los datos obtenidos de calidad comercial son concluyentes ya que a pesar de la importante sequía que afectó al cultivo, más del 90 % de los granos presentaron un peso hectolítrico por encima del Grado 2 y casi el 70 % de las muestras estuvo por encima del 11 % de proteína, que es la base para obtener bonificación en el estándar», explicaron.
«Por lo general, a menor rinde agronómico mayor es la calidad del grano obtenido y, en este año en particular, el análisis de las muestras de trigo mostró valores excepcionales en algunos parámetros», confirmaron.
Explicaron que si comparan «los datos preliminares obtenidos durante la campaña 2016-2017 en relación a los años anteriores vemos una recuperación muy importante en el contenido de proteína, debido en parte al mayor aporte de nitrógeno de los productores en esta última campaña y también como consecuencia del déficit hídrico ya mencionado».
«Los valores de gluten superan el 30 %, nivel muy adecuado para realizar panificados y leudados de buena calidad», precisaron las autoras de la evaluación.
Mientras que «en la zona sur de la provincia de Buenos Aires, región triguera por excelencia y que normalmente realiza el mayor aporte a la producción total nacional durante la siembra ocurrieron excesos de agua que retrasaron las labores de implantación del cultivo», consignaron.
Durante el período crítico se produjo un estrés hídrico muy importante que fue determinante para la definición del rendimiento que variaron según las características edáficas (suelo), las precipitaciones y la tecnología aplicada por el productor, entre los 2.500 y 6.000 kilos por hectárea.
«Este es el 16º año que el Laboratorio de Calidad Industrial de Granos de la CEI Barrow realiza la evaluación de muestras de trigo pan provenientes de productores de una amplia zona de la provincia de Buenos Aires», agregaron.
Sostuvieron que «los problemas para realizar la siembra en tiempo y la posterior falta de agua, fueron determinantes para la obtención de rindes superlativos, estando por lo general por debajo o cerca de la media zonal».
En el sudeste de Buenos Aires el rendimiento medio final se ubicó en 3.640 kilos por hectárea y registró una importante merma frente a las expectativas al inicio de la campaña.
Por otra parte, en la zona de Necochea el trigo rindió entre 1.000 y 1.300 kilos por hectárea menos que la cebada, como consecuencia de la falta de agua y de la ocurrencia de heladas tardías, según el análisis.
Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (19/01/2017), a través de sus Estimaciones Agrícolas, la producción nacional de trigo fue de 15 millones de toneladas y se espera poder exportar alrededor de 8 millones de toneladas.
La mayor producción se obtiene en la provincia de Buenos Aires, por eso es importante que haya excelencia en algunos parámetros de la calidad panadera.
