Por Juan Carlos Stranges*
El sábado 18 de octubre del corriente en reunión de la quinta sección electoral el Partido Frente Grande de Necochea estuvo presente en el plenario que se realizó en el Partido de General Pueyrredón con la presencia de distintos distritos de Pinamar, Villa Gesell, Mar del Plata, Mar chiquita, Lobería, Necochea y Tandil entre otros.
Tras dicha reunión se decidieron tres cuestiones centrales:
1. Ratificar el rumbo de la gestión de la Presidencia de la Nación.
2. Se sostuvo que surge de modo imprescindible la necesidad de institucionalizar el Frente para la Victoria. Esta herramienta política, compuesta por partidos políticos nacionales, movimientos sociales y fuerzas vecinales de centroizquierda, debe servir para la discusión y organización horizontal de un proyecto nacional, popular, democrático y progresista.
3. Apoyar las candidaturas a diputado nacional de Eduardo Sigal por la provincia de Buenos Aires y a senador provincial por la quinta sección electoral al compañero Pablo Galarretta.
Se emitió un documento de opinión sobre la crisis financiera que detallamos a continuación:
Se agotó el modelo de globalización financiera
La actual crisis financiera que tiene su centro en Estados Unidos es la señal del agotamiento de un modelo de expansión económica capitalista. Desde los años setenta, la dinámica económica mundial está presidida por el capital financiero. ¿Cómo se expresa la crisis en Estados Unidos? Bajo la forma de un crecimiento desmesurado del consumo, una oferta productiva progresivamente rezagada respecto de la demanda y el consecuente problema de asignación de recursos en la economía. La inversión, en vez de ser dirigida al sistema productivo o hacia aquellas áreas que aumentan la eficiencia del sistema económico, como la infraestructura o el mejoramiento de los sistemas educativo y de salud, fue destinada a gastos improductivos, en particular los del complejo de defensa y militar.
Mientras tanto, en el sistema financiero de los Estados Unidos se observó un progresivo desplazamiento de los bancos tradicionales por parte de instituciones no reguladas, fundamentada con el argumento, muy conocido en nuestro país, de que el mercado se encargaría de disciplinar las conductas de riesgo y pondría a salvo el dinero de los contribuyentes. Lo que ha ocurrido es lo contrario: todos los habitantes de Estados Unidos -y de algún modo todo el planeta- terminará pagando los costos del desenfreno especulativo. El Estado, que era el malo-inservible de la película, tiene que salir a salvar a los poderosos del capital financiero y deja así muy lastimada la pieza central de la argumentación neoliberal.
Ninguna economía del mundo quedará al margen de este descalabro. Pero lo sentirán más en profundidad aquellos países que siguen regidos por la ideología que primó entre nosotros durante la década del noventa. Desde hace cinco años, Argentina viene sentando las bases de otro modelo de desarrollo orientado a la producción, bajo la crítica insidiosa de los representantes locales del fracaso norteamericano. Sufriremos consecuencias en los niveles de crecimiento y superávit, cuya evolución ya está prevista en el proyecto de presupuesto. Pero serán perturbaciones menores, en relación a las que sufría nuestra economía cuando la manejaban los intelectuales orgánicos del capital financiero
*Presidente – Partido Frente Grande Necochea – Frente para la Victoria
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