jueves, noviembre 28, 2024

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NUEVA POSTURA DESDE EL VATICANO: Desde hoy, vuelve la misa en latín en todo el mundo

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Es a partir de lo dispuesto por el papa Benedicto XVI, quien restituyó la liturgia según el Misal Romano de 1962. Entre otros cambios, se incluirá un misal ya abandonado, los sacerdotes estarán de espaldas a los fieles y se eliminará el saludo de la paz. En Argentina será celebrada en la iglesia porteña de San Miguel Arcángel.

Misas en latín, con sacerdotes de espaldas a los fieles, podrán oficiarse desde este viernes en la grey católica, tras los cambios dispuestos por el papa Benedicto XVI, quien restituyó la liturgia según el Misal Romano de 1962, que en Argentina será celebrada en la iglesia porteña de San Miguel Arcángel.

El «motu proprio» establecido por el Papa anula la reforma del Concilio Vaticano II de 1969 y permitirá que cada párroco decida si quiere dar la misa a la manera antigua, que incluye un misal ya abandonado y elimina el saludo de la paz, entre otros cambios.

El cardenal colombiano Dario Castrillón Hoyos, presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, sostuvo en la Radio Vaticana que quien debe «dar el permiso para decir la misa no es el obispo», que sólo da la «potestad de poder celebrar», sino el párroco y el capellán, que «deben ofrecer el altar para celebrar».

En Argentina, la nueva ceremonia será oficiada por ahora en un solo lugar, que por pedido expreso del Cardenal Jorge Bergoglio será la iglesia San Miguel Arcángel, en el microcentro porteño, donde se la celebrará una vez por semana.

«Voy a oficiar una misa cada domingo. El cardenal me lo pidió para que haya alguna en el país», indicó a TELAM el padre Ricardo Dotro, especialista en liturgia, quien además indicó que «nunca lo hice, va a ser la primera vez» y que «en principio, es la única» iglesia que incorporará el viejo misal.

El religioso explicó que existen «confusiones» sobre la medida adoptada por el Papa. «Autoriza a utilizar el misal de 1962 a modo extraordinario, pero la misa actual yo la puedo celebrar en latín en cualquier momento. No lo hago porque nadie entendería nada, como pasa con el francés. Lo que cambia es la forma», dijo.

Para ello usará cada domingo «un misal antiguo, que estaba en desuso y que es de la edición anterior, de 1962, que necesariamente era en latín porque no había traducciones. Pero no hay grandes diferencias», consideró.

Sin embargo, y más allá del idioma, varios elementos reconocidos de la liturgia actual, como el saludo de la paz, la oración de fieles y la procesión de ofrendas, no forman parte del viejo modo, y además el cura oficia la ceremonia de espaldas a la asamblea de fieles y la comunión se toma de rodillas, explicó.

Según Dotro, el cambio «no promociona algo nuevo. Al contrario, se implementa para entender las necesidades de aquellos arraigados al viejo modo y que todavía no entraron en la misa nueva. Aunque hay muchos en algunos lugares del mundo, como Europa, en Latinoamérica hay pocos».

El sacerdote de la iglesia ubicada en Bartolomé Mitre y Suipacha indicó que «no les recomiendo» a los nuevos fieles «que vengan a ver algo que ya pasó», a quienes aconsejó asistir a las misas ordinarias, pero expresó que «el que siempre estuvo o se quedó con las ganas, que venga».

El Vaticano consideró que la medida debe ser «un motivo de alegría para todas aquellas parroquias que no tendrán más divisiones, sino que tendrán una multiplicidad de santidades con un rito que ha sido el factor y el instrumento de santificación por más de mil años», sostuvo Castrillón Hoyos.

Según el prelado nacido en la ciudad colombiana de Medellín, resulta fundamental que «los sacerdotes pueden decidir, sin permiso ni de la Santa Sede ni del obispo, si celebrar la misa con el rito antiguo», informó la agencia italiana ANSA.

Respecto a la polémica que desató la iniciativa, dijo que «el Papa no quiere dar marcha atrás», negó «que se haya quitado a los obispos el poder sobre la Liturgia» y remarcó que «Benedicto XVI considera un tesoro inestimable la liturgia anterior a la reforma del Concilio».

Fortunato Mallimaci, un argentino sociológo de la religión, afirmó en diálogo con Télam que esta decisión surge porque la estructura episcopal «esta en crisis»: es «una postura que trata de reafirmar una identidad católica ante lo que considera un relativismo».

El Papa «cree que volver al latín y cantar los salmos gregorianos es rehacer una identidad católica diferente a la actual, una identidad que se hace en base a verdades y dogmas. No intenta conquistar nuevos fieles, sino mantener fieles virtuosos que crean en todo», aseguró.

Consideró al respecto que se trata de «un guiño para grupos mucho más reaccionarios dentro del Vaticano que se oponen al rol de la Iglesia en el mundo de los pobres, los derechos humanos y la democracia». (TELAM)