lunes, noviembre 25, 2024

Internacionales

Los separatistas «listos para la anexión»

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Tras el plebiscito concedido en los referendos «farsa», como los definió toda la comunidad internacional, los líderes prorrusos piden a Vladimir Putin que apruebe oficialmente la anexión de las cuatro regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia.

Mientras el mundo condena un nuevo desgarro y anuncia nuevas sanciones, uno tras otro, los líderes de los separatistas firmaron en las últimas horas un llamamiento formal para unirse a Moscú.

La población hizo su elección», decidiendo «abandonar los valores que le son ajenos y reincorporarse a su patria: Rusia», dice el documento firmado por el jefe de la administración secesionista de Zaporiyia, Yevgeny Balitsky.

Declaraciones similares fueron llevadas a Moscú por los líderes de Donbas, Denis Pushilin y Leonid Pasechnik, cuyos territorios ya habían sido reconocidos como independientes en vísperas de la invasión. No se excluye que Putin pueda reunirse con ellos, dijo el Kremlin.

Mientras tanto, Exteriores volvió a defender el voto, definido como un ejercicio del «derecho legal a la autodeterminación», y la Duma ya cambió la agenda de trabajo parlamentario, para celebrar este lunes un pleno extraordinario. En definitiva, parece ser cuestión de días para la anexión.

«Rusia debe pagar por esta nueva escalada», atacó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al presentar el octavo paquete de sanciones propuesto por Bruselas, que debería costarle a Moscú 7.000 millones de euros en ingresos. Además, reiteró que la UE «nunca aceptará» el resultado de referendos «falsos».

Consultas que para el Alto Representante para la Política Exterior del bloque, Josep Borrell, no solo fueron «ilegales», sino también con resultados «falsificados».

Además, según Kiev, incluso la alta participación declarada es un engaño, dado que, por ejemplo, en Zaporiyia solo el 0,5% de los residentes habría votado antes de la invasión.

Las condenas de las cancillerías occidentales continuaron sin tregua, mientras China también reiteró «que se debe respetar la integridad soberana y territorial de todos los países» y la Serbia del presidente

Aleksandar Vucic, desde un principio opuesta a las sanciones, descartó reconocer la votación. Incluso en el campo de batalla, parece que el movimiento desencadenará una nueva escalada.

«Ahora estamos entrando en una nueva fase de lucha como parte de la Federación Rusa», advirtió el líder de los separatistas de Donetsk.

La ofensiva, confirmó el Kremlin, continuará hasta la completa «liberación» de todos los territorios eventualmente anexados.

Las advertencias tienen lugar tras las amenazas sobre el uso de armas nucleares tácticas en defensa de las nuevas autoproclamadas fronteras rusas. Una eventualidad ante la que, según el ministro polaco del Exterior, Zbigniew Rau, la OTAN reaccionaría «de forma convencional», es decir, no utilizando un arma nuclear, pero de manera «devastadora».

En respuesta, Kiev dice que está lista para continuar con la contraofensiva, mientras que una redada denunciada por Moscú en la región fronteriza de Belgorod dejó 14 heridos. Por lo tanto, Ucrania pidió a Occidente que aumentara «significativamente» la ayuda militar.

Un llamamiento al que Estados Unidos respondió de inmediato, preparando un nuevo paquete de armas de 1.100 millones de dólares que debería incluir nuevos suministros de sistemas antimisiles Himars, municiones y varios tipos de sistemas de radar antidrones.

Además, Washington hizo saber que está trabajando con aliados y socios para imponer rápidamente severos costos económicos a Moscú, manteniendo el ritmo de nuevas sanciones cada seis semanas.