La unidad por Cristina se desvanece en medio de la puja electoral
Buenos Aires, Argentina – La frágil tregua que el peronismo ensayó en las últimas semanas para repudiar la detención de Cristina Kirchner se deshilacha a pasos agigantados.
Con la expresidenta ya beneficiada con la prisión domiciliaria, las históricas internas del PJ resurgieron con fuerza, amenazando con atomizar la oferta electoral de cara a los comicios del 7 de septiembre.
La masiva marcha a Plaza de Mayo, que había devuelto al PJ nacional un protagonismo inusual, fue el último acto de una unidad efímera.
Una vez asegurada la situación de Cristina Kirchner, la discusión electoral en la provincia de Buenos Aires desnudó las profundas diferencias y la desconfianza mutua entre los principales actores.
La Cámpora y el Frente Renovador: una alianza que incomoda al axelismo
La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner, y el Frente Renovador de Sergio Massa tomaron la iniciativa y jugaron en tándem.
Sus apoderados ya trabajan en el diseño de un frente electoral bonaerense, que podría llamarse simplemente «Peronismo», buscando mantener el control y convocar a otros partidos de Unión por la Patria, incluido el Movimiento Derecho al Futuro de Axel Kicillof.
Sin embargo, esta movida no fue bien recibida por el axelismo, especialmente por los intendentes. En una clara señal de desagrado, el propio Kicillof eligió dar una entrevista televisiva en C5N, el mismo programa y horario donde semanas atrás se había presentado Cristina Kirchner.
Allí, el gobernador sacó a relucir un acuerdo alcanzado con la expresidenta en su reunión previa a la sentencia, lo que le permitió convocar a una «mesa política» que le devolvía la iniciativa y obligaba a los demás sectores a repensar sus estrategias.
«Esta coyuntura implica que hagamos el esfuerzo de buscar una estrategia electoral conjunta – no de unidad- respetuosa de cada uno de los espacios, para ponerle un freno a Milei», señaló Kicillof. A pesar de sus esfuerzos, la reunión programada con jefes comunales de otras tribus no se concretó.
Reelecciones indefinidas y la lapicera en disputa
En medio de esta puja, la media sanción de las reelecciones indefinidas para legisladores provinciales, concejales y consejeros escolares representó un triunfo interno para el kirchnerismo, que impuso su criterio sobre el deseo del Movimiento Derecho al Futuro de incluir a los intendentes, generando enojo entre algunos alcaldes kicillofistas.
A pesar del escaso margen de tiempo para el cierre de listas, las negociaciones continúan en un arduo tire y afloje.
Solo la paciencia y los buenos oficios de Federico Otermín, intendente de Lomas de Zamora y figura respetada tanto por Cristina Kirchner como en la Gobernación, mantienen viva la posibilidad de una unidad. Otermín lidera una negociación en la que ninguna de las partes está dispuesta a ceder.
Se espera que esta semana los dirigentes comisionados por ambos bandos comiencen a delinear nombres para los armados seccionales de las elecciones de septiembre, con la fecha límite para la inscripción de alianzas a solo 15 días.
Desconfianza y el riesgo de atomización
La posibilidad de que el panperonismo logre un acuerdo electoral que le permita presentar listas unificadas en septiembre y octubre es cada vez más remota. El problema principal radica en que los tres socios mayoritarios tienen visiones distintas sobre lo que implica un acuerdo político firme y sostenible:
- La Cámpora no está interesada en la unidad si esta significa desprenderse del monopolio de la «lapicera».
- El axelismo no cederá el margen de autonomía que consiguió en los últimos meses.
- Para el Frente Renovador, la unidad es la única oportunidad de sobrevivir a la tensión entre los territorios que se inclinan por acordar con el Gobernador y la superestructura más cercana al kirchnerismo.
Como si fuera poco, Máximo Kirchner redobló la apuesta y convocó a una reunión del PJ Nacional este viernes. Además de retomar la narrativa de «Cristina es inocente. Cristina libre», el encuentro buscará explorar la posibilidad de una ingeniería electoral con el kirchnerismo en el centro.
La reunión, reducida a los partidos políticos del frente, significó un nuevo desaire para el espacio de Axel Kicillof, que solo estará representado por el Frente Grande del intendente de Ensenada, Mario Secco.
Los presentes en el cónclave serán el Frente Renovador, Principios y Valores, Patria Grande, Kolina, Nuevo Encuentro y Frente Grande. Durante la tarde del viernes, se convocará al «resto de los partidos aliados», según remarcaron desde el kirchnerismo.
Lo que subyace a todas luces es un alarmante nivel de desconfianza entre las partes. Los referentes de cada «tribu» deberán subsanar estas diferencias si quieren evitar que la oferta electoral del peronismo se atomice, resignando así sus chances de vencer a Javier Milei.
La pregunta que resuena en los pasillos políticos es si, en este complejo escenario, el peronismo logrará finalmente encontrar un camino hacia la unidad o se encamina hacia una fragmentación que podría costarle caro en las urnas.