Freno al Desarrollo por Negativa Agroexportadora a Pagar Tasa Vial
El sector agroexportador de Necochea, motor clave de la economía local, se niega a contribuir al mantenimiento de la infraestructura vial que utiliza de manera intensiva, generando un fuerte debate y la denuncia del intendente Arturo Rojas.
A pesar de que más de 1.860.000 camiones vinculados al sector transitaron por el distrito desde 2017 rumbo al puerto de Quequén, las terminales portuarias, responsables del 82% del PBI local según un informe del Centro de Acopiadores, se resisten al pago de la Tasa Vial Solidaria.
Esta tasa fue creada con el objetivo de financiar la reparación y el mantenimiento de las calles urbanas y rurales de Necochea y Quequén.
El intendente Rojas expresó públicamente su indignación, afirmando que “los sectores poderosos se niegan a pagar una tasa que les corresponde por ley”.
Anunció que el municipio tomará acciones legales y administrativas para exigir el cumplimiento de la normativa. “El circuito de exportación está subsidiado por los vecinos que pagan tasas municipales para tapar los pozos que dejan los camiones”, sentenció el jefe comunal.
Las empresas agroexportadoras argumentan que la responsabilidad recae en los camioneros y no directamente en ellas.
Sin embargo, funcionarios municipales refutaron este argumento, señalando la falta de alternativas de transporte como trenes, lo que hace indispensable el uso de las calles para sus operaciones de exportación e importación.
Entidades agropecuarias y portuarias también han manifestado su oposición, alegando que la Tasa Vial Solidaria incrementaría los costos logísticos y afectaría la competitividad del puerto de Quequén frente a Bahía Blanca.
No obstante, estudios independientes sugieren que el impacto económico de la tasa por kilómetro es insignificante, y que la negativa responde principalmente a una cuestión de poder.
El conflicto trasciende el mero financiamiento de las calles, exponiendo un modelo económico donde los sectores con mayor rentabilidad evaden su responsabilidad en el mantenimiento de la infraestructura que utilizan.
Mientras tanto, el municipio se ve obligado a utilizar recursos provenientes de los contribuyentes para reparar los daños ocasionados por el intenso tránsito de camiones.
La Tasa Vial Solidaria se presenta como un intento de redistribuir las cargas y responsabilidades en una ciudad donde el desarrollo podría verse limitado si no hay un cambio de postura por parte de los actores económicos más poderosos.
La controversia también plantea interrogantes sobre la representatividad de las entidades del agro, cuestionándose si defienden los intereses de los pequeños productores o si actúan en connivencia con los grandes operadores portuarios, quienes podrían trasladar los costos al eslabón más débil de la cadena productiva.
La discusión sigue abierta, pero los datos revelan una clara resistencia de los sectores más beneficiados a contribuir con el sostenimiento de la infraestructura pública.
Lamentable, como siempre, los que más tienen no son capaces de compartir una parte de su renta para mejorar la red vial del distrito, pero seguro tratan de evadir impuestos y hasta llevar a cabo fuga de divisas.
Es lamentable el estado de las calles de Quequen.
Es un deber de buen ciudadano contribuir para que toda la ciudad esté mejor.