viernes, noviembre 08, 2024

Generales, Locales

Festejos en La Dulce por los 116 años

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Con shows de renombre nacional, durante el fin de semana hubo desfile, paseo de emprendedores y decenas de artistas en escena. “Me parece importante poner en valor este tipo de eventos que nos llevan a nuestras raíces, a los orígenes, a nuestra cultura; a aquellos que forjaron y pusieron el hombro para lograr la concreción de esta querida localidad”, aseguró el intendente Arturo Rojas.

En el predio de la vieja estación de trenes, donde nació el sueño de una pujante localidad para el interior del Distrito de Necochea, en las tardes de estos sábado y domingo los habitantes del pueblo se reunieron nuevamente para celebrar los primeros 116 años de vida de La Dulce con un festejo soñado, en el que no faltaron los puestos de comidas, el desfile tradicionalista y un sinnúmero de espectáculos musicales que se vieron coronados con la presentación de Antonio Ríos.

Los festejos comenzarán el primer día del fin de semana, apenas pasado el mediodía, con la apertura del escenario mayor por donde pasaron decenas de representantes de la cultura local, y también zonal, fecha que contó con el cierre de la banda Los Borbotones, que volcaron toda su alegría para poner fin a la velada.

Entre los stands de los emprendedores y productores regionales, y algunas de las ricas comidas que se pudieron disfrutar en los puestos durante el evento, el domingo comenzó con un acto protocolar cerca de las 14:30, cuando el sol mejor acompañó a la celebración.

Fue en ese marco que tomó la palabra el delegado de la localidad, Miguel Farías, para agradecer a las familias de Nicanor Olivera, así como al personal municipal que lo acompañan día a día en los quehaceres de la dependencia. “En este lugar se fundó La Dulce”, dijo sobre la vieja estación, asegurando que organizar este festejo fue como “volver a las raíces”. “Hoy estamos pisando las tierras que nuestros fundadores soñaron”, agregó.

Luego, le tocó el turno al intendente Arturo Rojas, quien también se tomó un momento para reconocer el trabajo de todo su equipo y saludar a las familias dulcenses. “Esto se hace por una decisión política del Estado municipal de seguir sosteniendo en tiempos difíciles las fiestas populares, los aniversarios”, comenzó argumentando en su discurso con respecto a la firme postura que se ha venido observando en cuanto a los eventos masivos en cada localidad del interior del distrito, así como en la ciudad cabecera.

“Es toda una definición en términos políticos, pero también lo hacemos acompañados del sector privado”, aseguró, agregando luego que “a lo largo de estos últimos meses se han suspendido más de 150 fiestas populares a lo largo y ancho del país, y creo que eso es un error, porque estos es una inversión que genera movimiento económico, trabajo, disfrute y la unión de las familias, y nosotros, con mucha austeridad, esfuerzo y sacrificio hemos venido sosteniéndolas”.

Para terminar de definir la relevancia de este tipo de festejos, el mandatario local aseveró: “Me parece importante poner en valor este tipo de eventos, los desfiles, que nos llevan a nuestras raíces, a los orígenes, a nuestra cultura; a aquellos que forjaron y pusieron el hombro para lograr la concreción de esta querida localidad, y a aquellos que han trabajado a lo largo de los últimos tiempos”.

Finalmente, el Jefe de la comuna señaló: “Por supuesto que los desafíos que se vienen son muy grandes, y los tenemos que afrontar dejando de lado las diferencias. Creo que es el momento de aunar esfuerzos, de encontrar puntos en común, de trabajar más juntos que nunca para superar estos tiempos de crisis. Esto lo tenemos que hacer trabajando con las instituciones y La Dulce es un ejemplo de eso”.

Después de las palabras del Intendente, la fiesta prosiguió con el tradicional corte de torta y un colorido desfile cívico, militar y tradicionalista, al que le continuó una grilla cargada de espectáculos que tuvo el destacado cierre del “Maestro” Antonio Ríos, un ícono de la movida tropical a nivel continental, y cuya música fue el broche de oro de un festejo soñado para el querido pueblo.