jueves, marzo 28, 2024

Internacionales

COVID: París harta del virus y con cafés llenos

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EPA/YOAN VALAT

La mascarilla, obligatoria para todos al aire libre, las 24 horas y desde hace un mes y medio, ya parece la única advertencia visible de la epidemia, que sigue su propagación en Francia, donde se registraron 8500 casos después del fin de semana, con 96 muertos.

Y sin embargo París, que desde hace una semana es una «zona de máxima alerta», junto con la región de Ile-de-France, ya convive con el virus sin hacerle demasiado caso.

El 80% de quienes trabajan lo hacen en forma presencial, y solo pocas decenas de las 60.000 que hay en Francia fueron cerradas temporalmente por los contagios.

Incluso en los diarios, pese a las cifras cada día más elevadas de circulación del virus, el tema del Covid halla cada vez menos espacio.

Quien leyera los principales diarios de esta mañana -Le Figaro, Libération, Le Parisien- habría podido creer en un coronavirus ya desaparecido: ni un artículo, ni una foto, ni una noticia.

Incluso Le Monde, un par de veces en los últimos diez días, salió con ejemplares donde el tema sanitario estuvo totalmente ausente. Decisiones editoriales que complacen la necesidad de los franceses, y en particular de los parisienses, de ocuparse también de otras cosas.

El Marais y las calles más concurridas del Barrio Latino, pero sobre todo las zonas donde se reúnen los más jóvenes -el XI y el XX, en el este de la capital- se presentan tan concurridos como siempre.

Las reglas dictadas para el cierre de los bares no fueron claras y se previeron excepciones con la condición de seguir el protocolo de seguridad sanitaria de los restaurantes (nombre y dirección en la entrada, distanciamiento, cuenta en la mesa, tapabocas si se está de pie), dando como resultado una desregulación plena, con locales llenos como cuando no existía el Covid.

Aunque frente a la brusca suba del fin de semana, con casi 27.000 contagios el sábado, el gobierno decidió cambiar de tono.

Ya esta mañana en las emisoras de televisión -que al contrario de la prensa escrita siguen garantizando una cobertura continua de la epidemia- se presentó el premier Jean Castex para declarar (y es la primera vez) que Francia «se halla en una segunda ola fuerte».

Inmediatamente después el responsable de Sanidad en Ile-de-France, la región de París, Aurélien Rousseau, subrayó el récord del 17% de positivos en los tests efectuados. Y por la tarde el vocero del gobierno, Gabriel Attal, advirtió que si París sigue así habá «nuevas medidas».

El miércoles volverá a hablar en cadena el presidente, Emmanuel Macron, para intentar sacudir a los franceses, y en particular a los parisienses. Que sin embargo ya están ocupados en preparar sus vacaciones de Todos los Santos, a fin de mes: 15 días en el mar, en el campo o en sus segundas casas, a partir del viernes. (ANSA).