martes, abril 23, 2024

Opinión

OPINIÓN: Junín y los medios de comunicación

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FOTO GUSTAVO ROMANS

Por Gustavo Romans

Una breve interpretación del papel de los medios de comunicación en la ciudad de Junín.

No me referiré a las radios FM que retransmiten de forma integral radios de Buenos Aires. Eso no entra en el análisis ya que son repetidoras. Tampoco haré mención a las radios conocidas como “enlatadas”, las que con una computadora pasan música y publicidad. Eso tampoco entra en el análisis ya que son reproductoras de música funcional.

Tampoco hablaremos de los heroicos emprendimientos gráficos que a fuerza de pulmón editan semanal, quincenal o mensualmente. Digo heroicos porque aún con las dificultades comerciales que enfrentan son atrevidos en la propuesta periodística.

Si hablaré sobre quienes hacen periodismo en televisión, radio o gráfica. Es curioso el desempeño en general, pero en particular por estos días donde se acrecentó el debate sobre el proyecto de Ley de Medios Audiovisuales que el Poder Ejecutivo ha enviado al Congreso de La Nación.

En esos medios, esos que nunca producen investigación periodística y que son especialistas en «notas de color» o recaudatorias («31 de Febrero Día del Deshollinador» … y dos páginas con irrelevancias y avisos de proveedores, clientes y amigos conmemorando la fecha), esos medios que leen por radio los titulares de los diarios grandes de la argentina, que por estos días están lanzados en contra, como el  principal partido político de la oposición, de todo y de forma muy particular contra ese proyecto de Ley, incluso, ya no emitiendo o no mostrando el debate (eso ya no se puede ocultar más) sino tergiversando deliberadamente la realidad. Esos medios juninenses que repiten y hacen carne estrategias operadas por los grupos Clarín, Vila, De Narváez y Prisa… esos medios de acá, de nuestra ciudad, que paradójicamente, serían beneficiados por una ley más amplia, democrática, plural y federal.

Es evidente que la propuesta de esta nueva ley hizo, finalmente, “poner nerviosos” a las grandes empresas periodísticas. Prueba de esto es que han tenido que salir a la superficie a poner el cuerpo en forma directa (Daniel Vila hace varios días que recorre programas de televisión,  la Sra. Noble ha concedido una entrevista a la revista Noticias, De Narváez opera todo lo que puede de manera personal y Prisa echó hace rato a Orlando Ballone y hace menos a Alejandro Apo de Radio Continental). Incluso la aceleración del gobierno en la aprobación del proyecto ha desnudado que esas empresas ya no son “medios” de comunicación”, sino que son “constructores” de una realidad. La que a ellos les conviene.

¿Entonces? Esos medios locales, ¿son ignorantes? (no han leído la ley), ¿son capaces de inmolarse por una causa?, (es decir, están convencidos que vale la pena pelear por los monopolios, lo cual es respetable) o simplemente son imbéciles?

En Junín, la producción de contenidos propios deja mucho que desear, salvo en algunos casos puntuales relacionados a lo deportivo, y una mínima excepción en producción radial encabezada por FM Comunitaria.

Fuera de eso, es lectura de diarios y prensa a favor de determinados sectores con sospechas de prensa comprada, o en el mejor de los casos obediente. Sucede que ante un tema bisagra, que involucra directamente a los medios como el tema de la Ley, queda planteada la encrucijada en la que se encuentran. Persistir en esa línea periodística (si es que se puede llamar línea periodística), es perjudicarse.

Hace muy pocos días al médico Marcos Jaureguizar, que siempre era invitado por el diario Democracia a publicar opiniones, le negaron la posibilidad de publicar su opinión a favor del proyecto de ley de medios. El racional en privado de esa negativa (y está documentado) fue por la vinculación comercial con el grupo Clarín. Sin embargo en la editorial del diario se refieren al proyecto de ley como una mordaza y una seria amenaza a la libertad de prensa. ¿Cuando mintieron en el diario? ¿Por qué no le contestaron que no lo publicarían por considerar que la nueva ley sería un ataque a la libertad de expresión en lugar de referirse a los negocios que potencialmente perderían?. Por suerte además de los medios de comunicación, en Junín, existen blogs no anónimos, radios independientes, heroicos periódicos, mails y el boca a boca. Porque al fin y al cabo somos una ciudad chica y eso es bueno porque al final todo se sabe.

Ahora bien. Hay una cuarta alternativa que pudiera justificar la defensa de los monopolios mediáticos. ¿Serán capaces esos medios locales de producir verdaderos contenidos?

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