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Por Horacio Castelli

Por el bien de nuestra democracia doméstica esperemos que no, pero los primeros escarceos entre Molina y Venegas parecen indicar que hacia esa intención se dirigen los dos políticos que más discuten entre si.

Para la estrategia del Intendente Municipal no hay mejor «enemigo» que Venegas para instalarse como la antítesis y que le proporcionó triunfos desde el 2003 hasta el 2007.

Para Gerónimo Venegas, Daniel Molina significa el adversario político que se atrevió a discutirle su posición política en el distrito y que no le tiembla la mano para aliarse con Kirchner o Moyano en contra de el.

Sin embargo, más allá del encono personal que se demuestran cuando pueden, se necesitan mutuamente para impedir que desde otros sectores les quiten el protagonismo casi exclusivo que han tenido en los últimos 6 años de elecciones.

La aparición de la dupla Ferrer-Tellechea les preocupa a ambos por la posibilidad que les quiten votos que en una elección cerrada como se prevé puedan significar uno o dos concejales menos para alguno de ellos.

Además, la conformación de un frente progresista alejado del Jefe Comunal restará seguramente algunos votos que antes los captaba a través de su agrupación «El Frente».

Por su parte la ACT no está en la misma situación que hace dos años cuando la polarización sufrida por el electorado entre Molina y Guarracino los dejó sin una banca después de una representación contínua desde su conformación.

Además, las elecciones legislativas no son como las ejecutivas y sabemos que los electores aprovechan para provocar cimbronazos y producir castigos a quienes los gobiernan como un alerta para que cambien procedimientos, actitudes o políticas que van desarrollando.

Esto lo vivió en carne propia el Intendente Domingo Taraborelli en el año 1985 aunque luego ganó la reelección en el 87.

Pero, el peligro de la polarización está presente, excepto que la ciudadanía produzca un castigo a dos puntas y vote mayoritariamente a las opciones que representan más lo vecinal que los provincial o nacional.

Mucha gente está entre absorta y hastiada por las famosas candidaturas «testimoniales» y los amiguismos que aparecen a último momento para encaramarse en las listas sin tener mayor aptitud que conocer a alguien con poder.

Pero, está en el «ciudadano» la piedra fundamental del edificio democrático, y al que todos quieren conquistar el que decidirá si en este 2009 la polarización se producirá o en su defecto se les indicará a los políticos cuál es el camino que deberán seguir para lograr su apoyo en el 2011.