viernes, abril 19, 2024

Opinión

Algo huele mal en el camping…»

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Imágen satelital del Camping tomada de Google Earth

Por Miguel Abálsamo

Una gran mayoría de las personas no quiere ver las cosas como son, sino como se las representan. El camping «Miguel Lillo» esta maloliente. ¿Se vienen días de escándalos para la administración municipal del Dr. Daniel Molina?

El mal olor persigue al Camping «Miguel Lillo» (ex Americano). Comenzó desde su mismo nacimiento cuando en una oscura concesión terminó triunfando quien tenía varios goles anotados a favor jugando con la pelota de la administración municipal, en detrimento de ciudadanos Necochense que debieron quedarse legítimamente con esa concesión, la que finalmente terminó en escándalo, y en vía judicial.

Del pasado no es necesario hablar, tan sólo refrescar memoria. Pasado pisado, pero nunca hay que olvidarlo.

La firma Salasch, es uruguaya, comprada por el señor Juan Hirchman, quien en forma transparente intenta entre sus diversas actividades realizar emprendimientos en nuestro medio, algo que siempre deberemos recibir con beneplácito. Esto está fuera de discusión.

El mencionado empresario colocó como garantía un campo de su propiedad valuado en nueve millones de dólares y se presentó con su firma Salasch en el proceso licitario por el ex camping Americano.

Colocó en calidad de gerentes a los señores Rafael Mugica Lazzaro, ex asesor del radicalismo en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, ligado en la militancia al diputado nacional UCR, el Necochense doctor Pedro José Azcoiti, y al señor Fernando Plástino, quien había tenido antecedentes comerciales y algunos problemas particulares con emisión de cheques en el Banco Itaú del Buen Aire, de la ciudad de Azul, provincia de Bs. As quedando con dificultades para operaciones bancarias futuras.

Plastino y Lazzaro tenían certeza que se ganaría la licitación por el camping Americano (actual Miguel Lillo), y cumpliendo con todos los papeles y el aval se presentaron y efectivamente, aunque con muchos puntos oscuros lograron lo esperado, quedarse con el camping, previamente se dejó de lado las propias decisiones de los concejales que aconsejaban una firma local para la adjudicataria. La fuerte presión del Departamento Ejecutivo, los cambios en las actas de los ediles y muchos que callaron, hicieron posible que Salasch se quedará con la licitación.

Se invirtió cerca de dos millones de pesos en obras y comenzó a funcionar en forma aceptable, esto no es materia de juicio ni de crítica.

Al poco tiempo apareció la firma Punto Playa, que en forma misteriosa se hizo cargo de toda la venta ambulante en la arena necochense. Muchas veces nos preguntamos ¿Quien es Punto Playa?…bueno…Punto Playa, es el señor Fernando Plástino, el mismo gerente del camping «Miguel Lillo».

Punto Playa figura con el CUIT.30709368202, y al poco tiempo cambian la firma y la denominan EDR, Sociedad de Responsabilidad Limitada, cuit. 337102222059.

El domicilio de esta firma figura en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires.

Y en este presente comienza otra nueva historia, cargada de dudas y rumores.

Cambio de firma. Salasch por trabajar

El nuevo escándalo ha comenzado en el camping Miguel Lillo.

Los señores Lazzaro y Plástino cambiaron la firma Salasch por Trabajar, sin definición del Honorable Concejo Deliberante, y más aún, aquí viene la historia que trae mal olor en la gestión «molinista”.

El verdadero dueño de la firma Salasch, y quien tiene la auténtica garantía del campo valuado en nueve millones de dólares, señor Juan Hirchsman, no estaba enterado de que había sido sacado de la firma. Luego de haber realizado inversiones en el camping, cercano a los dos millones de pesos. Dicho empresario es un hombre de mundo, que tiene diferentes negocios fuera del país y a veces no tenía el tiempo necesario para llegarse a Necochea.

Este verdadero escándalo esta centrado en que en días más el municipio de nuestro medio, y dos funcionarios clave en las áreas que competen a estos temas, Fernando Tripiana y Ricardo Jurado (éste último encargado del área de concesiones) tendrán que responder un montón de cosas. La única que quedaría exceptuada de dudas es la contadora Karina Bertoldi, sindicada por el mismo responsable de Salasch como quien actuó en forma correcta como debe hacerlo una funcionaria.

Esto no quiere decir que se acuse a los funcionarios Tripiana y Jurado de nada, pero deja entrever que la justicia deberá actuar, porque ellos tienen áreas fundamentales dentro del organigrama municipal, y responsabilidades profundas, más aún cuando el dueño de la firma Salasch, llegará próximamente a Necochea, y en días más quiere que le definan su situación, o bien devolviéndole el camping Miguel Lillo, o bien podría estar iniciando acciones legales, ya que no tiene intenciones de concretar ningún arreglo extrajudicial.

Lo concreto es que estamos ante un mal olor, que puede desembocar en una tormenta cercana en la administración Molina. Definición que se produciría en pocos días, y puede llegar a convertirse en un escándalo, que tendrá responsables, salpicará a otros, y que muchos funcionarios que han actuado como se debe actuar, no pagarán ninguna consecuencia, los que hicieron lo correcto no tienen por qué temer.

Mientras tanto, los desprotegidos ciudadanos no ven más que lo que están acostumbrados a ver todos los días.

Otros no quieren ver las cosas como son sino como se las presentan.