jueves, marzo 28, 2024

Opinión

La mala praxis del periodismo

Sharing is caring!

horacio-07-11-09-ahorainfo 001

Por Horacio Castelli

En nuestra profesión la mala praxis está siendo cada vez más común. Periodistas que se convierten en fiscales y jueces. Sentencian, juzgan y condenan. El periodismo argentino es antidemocrático. Para que la democracia sea plena debe existir la separación de poderes y el “cuarto poder” avasalla y quiere reemplazar a los otros tres.

¿Es categórico e incómodo lo que digo? Pues, hagamos la autocrítica que necesitamos para que estas aseveraciones no sean reales.

Importantes periodistas y de larga y reconocida trayectoria han cambiado la carga de la prueba. Cuándo realizan una nota periodística el entrevistado es “culpable” hasta que demuestre su inocencia. Y lo ponemos con nombre y apellido: Magdalena Ruíz Guiñazú, Ernesto Tenembuan, Silvia Martínez, Carnota, Feinman, Luis Majul.

No son los únicos, quizás los más conspicuos seguidores de la “fiscalización” del periodismo.

El “Caso Pomar”, puso al descubierto la “mala praxis” del periodismo argentino, con noticias distorsionadas, sin una investigación clara e intentando suplantar a los investigadores en la resolución del caso.

El oficio de periodista nació hace muchos siglos para contar las cosas que pasaban diariamente a través de cantos y versos que se transmitían de pueblo en pueblo, la llegada de la imprenta permitió extender a otras comarcas estas novedades y se siguió ampliando con la llegada de las nuevas tecnologías (radio, tv, internet).

Que casualidad que los periodistas “profesionales”, sean quienes cometen diariamente la mayor cantidad de “mala praxis”. Y seguramente es por la “profesionalización” de su trabajo que cometen tantos errores.

Si continuaran rescatando la labor periodística como un “oficio” serían más conscientes de la importancia de su trabajo. Porque a decir verdad, no solo los políticos se alejan de la realidad diaria, también los “profesionales del periodismo” están acorazados ante la verdad que les cuentan sus propios oyentes, lectores y televidentes.

No puede el periodista reemplazar a los funcionarios encargados de realizar las tareas ejecutivas, legislativas, judiciales y de seguridad.

Por supuesto que la opinión debe ser parte de nuestra labor diaria, el análisis de la información y las hipótesis son parte fundamental de nuestra tarea.

Sin embargo, en el afán de tener la primicia, caemos en el apresuramiento y nos convertimos en pronosticadores y no en informadores.

¿Que somos humanos y nos podemos equivocar? Por supuesto que si, pero cuando no formulamos las autocríticas necesarias e insistimos en los mismos errores una y otra vez evitando cualquier crítica externa, nos convertimos en una corporación. Y las Corporaciones nunca fueron democráticas