viernes, abril 19, 2024

Opinión

Libre de humo, libre de nylon

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Por Oscar Gollnitz

La sanción de dos leyes en la Provincia de Buenos Aires ligadas al medio ambiente significa un avance muy importante en materia de salud para los bonaerenses. La primera tiene que ver con la prohibición de fumar en cualquier sitio cerrado de uso público, como lugares de trabajo, bares, restoranes, establecimientos educativos, shoppings y estaciones de transporte. Con esta norma, quien pretenda encender un cigarrillo no le quedará más remedio que hacerlo en la calle o en su casa.

Esta ley prevé fuertes multas para los infractores. Pero no serán aplicadas a los fumadores que sean sorprendidos con un cigarrillo encendido sino a los propietarios o responsables del lugar en el que se estaba cometiendo la infracción. Las multas se fijarán en paquetes de la marca más cara comercializada en el país, e irán desde los 250 a los 1.000 atados. En caso de reincidencia, la sanción será de 2.500 atados.

Esta medida incidirá en la calidad de vida de millones de otras personas que no fuman y hoy comparten los efectos del humo en bares, restaurantes y lugares de trabajo. De hecho, ése es el objetivo principal de una iniciativa que indirectamente también protege a quienes fuman.

Desde esta perspectiva no hay pérdidas posibles. En una provincia como la nuestra, donde el tabaco no genera empleo, una ley 100% libre de humo es todo ganancia: gana la población en salud y, por lo tanto, gana también el sistema sanitario ahorrándose millones de pesos al año en recursos para tratar enfermedades asociadas al tabaquismo, establece uno de los fundamentos de la ley.

Municipios cercanos al nuestro, como Tres Arroyos y Coronel Pringles, convirtieron a sus ciudades en «libre de humo» y desde hace muy poco tiempo no se permite fumar en ningún tipo de espacio cerrado, sean oficiales o privados. Es de esperar que iniciativas de este tipo tengan eco a corto plazo en nuestro medio.

La otra ley que fue sancionada hace escasos días en la Provincia de Buenos Aires obliga a los comercios a cambiar las bolsas de polietileno, que hoy son entregadas para el transporte de mercaderías, por contenedores de material desagradable o biodegradable que reduzcan el impacto en el ambiente.

En el caso de los hipermercados, supermercados y minimercados de venta al por menor, el plazo para el remplazo de las bolsas será de 12 meses, en tanto que los comercios más pequeños tendrán hasta 24 meses para hacerlo. La norma prevé además la aplicación de sanciones (multas y clausuras) para quienes, superado ese plazo, sigan entregando bolsas de polietileno a sus clientes.

La esencia de la norma no es sólo para eliminar una bolsa de polietileno, sino que significa asumir que nuestros hábitos de consumo están afectado el planeta y es momento de cambiar. Sin embargo, también hay que reconocer que, en muchos casos, la aparición de estas pequeñas bolsas en cualquier sitio se debe a un sistema de manejo de residuos obsoleto y desaprensivo como son los basurales a cielo abierto (que también deberán desaparecer, según lo establece la ley de gestión de residuos sólidos de la provincia de Buenos Aires) y de una escasa cultura ciudadana que poco contribuye a la higiene del medio.

Es imperioso comprender que vivimos en un espacio limitado y que es necesario evitar la desmesurada cantidad de bolsas que cada año se acumulan en nuestro planeta. Sin duda, abandonar el uso de bolsas plásticas representará un esfuerzo para el conjunto de los habitantes, ya que constituye un hábito muy difundido, y la ventaja de dejar de usarlas puede no ser todavía tan evidente.

Estos cambios necesariamente deben ser acompañados de un proceso de información adecuada y enmarcados en una política cuyo objetivo sea desalentar el uso del packaging innecesario en todos los productos que utilizamos. Se trata de una iniciativa que debe ser alentada e imitada porque promueve que todos los sectores de nuestra sociedad comiencen a sensibilizarse con este tipo de acciones que tienen por objetivo promover una actitud responsable frente al planeta y las generaciones futuras.

La implementación de esta ley en nuestra ciudad también sería una acertada actitud.

One thought on “Libre de humo, libre de nylon

  1. Ojalá que la implementación de estas dos leyes no sean -como en su mayoría- una expresión de deseos de los bonaerenses

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