La irrupción en escena de la cepa Delta, última mutación del Covid-19 que genera alerta en el Viejo Continente y en el Mundo, también divide las aguas en Europa en medio de la disputa de la Eurocopa de fútbol.
La Unión Europea reiteró su reclamo para que las semifinales y la final del torneo continental no se jueguen en el estadio de Wembley, donde hoy Inglaterra eliminó a Alemania y avanzó a cuartos de final.
Un pedido sustentado en el incremento de los contagios con la nueva cepa que se registró en las últimas semanas tanto en Londres como en el Reino Unido.
Reclamo al que, sin embargo, la UEFA parece hacer oídos sordos, así como el gobierno británico encabezado por el primer ministro Boris Johnson, según e cual detrás de la postura de Bruselas se esconden intereses que van más allá de la salud pública y apuntarían al encono generado por el Brexit.
«La UEFA debería considerar con atención» la idea de disputar las semifinales y la final de la Eurocopa en Wembley porque existe una situación de «asimetría» por parte del Reino Unido, explicó Margaritis Schinas, vicepresidente de la Comisión Europea.
«Por un lado impone restricciones a los ciudadanos británicos que viajan a países de la Unión Europea, pero por el otro acepta la masiva presencia de aficionados europeos en sus estadios», destacó.
Schinas apuntó su dedo contra el vía libre para elevar la cantidad de espectadores que albergará Wembley en las instancias decisivas de esta Eurocopa (más aún si Inglaterra consigue avanzar en el torneo) anunciada por el gobierno de Johnson hace algunos días.
«La idea de ver un estadio repleto en momentos en que la variante Delta causa estragos debería hacer reflexionar a las autoridades del fútbol», insistió el dirigente griego, en línea con lo expresado previamente por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del Consejo de Ministros de Italia, Mario Draghi.
Lo expresado por Schinas fue respaldado hoy por el ministro del Interior y del Deporte alemán, Horst Seehofer, quien consideró «irresponsable» que a partir de las semifinales se permita el acceso de hasta 60.000 espectadores al mítico estadio londinense.
Cifra que representa un tercio más de los 43.000 aficionados permitidos hasta hoy, aunque Seehofer advierte que quizás no sería necesario mudar la sede de la fase final si se redujese aún más el aforo de Wembley.
Una modificación que fuentes de la UEFA consultada por ANSA, antes de conocerse las últimas declaraciones desde Bruselas y Berlín, excluyeron categóricamente al afirmar que «los partidos se jugarán donde y como está previsto».
Las mismas fuentes indicaron que acordaron con las autoridades de Londres adoptar las medidas necesarias para atenuar los riesgos de contagio.
Entre ellas destacaron que para ingresar los aficionados deben presentar un test negativo de Covid-19 realizado no más de 48 horas antes del partido, así como quienes buscan adquirir sus entradas para esos partidos, así como el certificado que acredite que recibieron las dos dosis de vacuna al menos 15 días antes..
Medidas que a los ojos de la UE resultan insuficientes a pesar de que los últimos relevamientos revelan un ligero descenso de los casos (que de todos modos superan los 20.000 nuevos contagios) con la cepa Delta en el Reino Unido.
Esto impacta en el incremento de la ocupación de las camas de terapia intensiva y en los decesos, si bien limitados por la eficacia de la campaña de vacunación que permitió suministrar 77,3 millones de dosis en el país.
Para algunos expertos, el pico de la variante Delta pudo haberse alcanzado ya, a diferencia de otros países de Europa que podrían sonar como eventuales sedes alternativas para las instancias finales de la Eurocopa. (ANSA).