Por Horacio Castelli
La conocida ambientalista de Necochea y funcionaria provincial de Hidráulica, se ha negado sistemáticamente a la venta, loteo o concesiones en el Parque Miguel Lillo y sobre todo en el sector costero de Necochea.
Algunos de sus argumentos han tenido fundamentos ambientalistas y basados en estudios científicos, que se aplican en todas las zonas costeras del mundo.
«Como jefa de Distrito del Departamento Zona V de Hidráulica de la Provincia, Laborde tiene jurisdicción, no solo sobre Necochea, sino también, por ejemplo, sobre San Cayetano», como se plantea en un medio colega.
En otra parte, se indica que «Precisamente en el vecino municipio se subastaron a comienzos de mes cinco lotes por valor de $97.900.000. La subasta se realizó sobre terrenos del frente costero del balneario San Cayetano, concretamente fueron cinco lotes de más de 500 metros cuadrados cada uno pertenecientes a la manzana 5, frente a la plaza El Pinar en un lugar estratégico del balneario sancayetanense.«
Hasta el momento, la Ingeniera Hidráulica, Laborde, no ha emitido comunicado alguno, ni se ha expresado en contra de esta venta, que atenta contra el frente costero bonaerense, a sabiendas de los estudios que existen a nivel mundial.
Pero, también existen numerosos estudios concluyentes, sobre la costa atlántica, que integra San Cayetano, que alertan sobre este tipo de loteos que produzcan en el futuro un deterioro insalvable.
No está bien, que se planteen negativas permanentes, muchas veces sin fundamentos científicos, en un distrito, mientras ante las mismas acciones en otro, se guarde silencio.
La más lamentable acción, en mi opinión, fue la presentación judicial para impedir la concreción de inversiones en el interior del un club social, que impidió el crecimiento de esta institución sin fines de lucro y deja sin actividades deportivas a muchos chicos y jóvenes de Necochea.
No es impidiendo que se logra mejorar la calidad ambiental y de vida de las personas, es buscando el equilibrio justo para convivir con la naturaleza.
No es alzando la voz contra las autoridades de un distrito y callarlas ante otro, cuando se toman las mismas decisiones.
Eso no es cuidar el medio ambiente. Es hacer política disfrazada de ambientalismo.