jueves, abril 25, 2024

Internacionales

EL MUNDO: El impacto de la guerra sobre la economía mundial

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) activó la alarma sobre las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, que reducirá en un tercio el crecimiento económico.

Para Ucrania la situación será «devastadora», para Rusia «muy negativa», y la economía mundial no quedará ajena a ello, afirmó el FMI.

Y si el Kremlin parece buscar alejar la cesación de pagos, una potencial víctima es Bielorrusia, afectada igualmente por las sanciones, dependiente de los destinos de Moscú pero sin sus defensas.

La que trazó un escenario complicado, con la previsión de un +1,5% a agregar a la inflación mundial, y estimaciones de crecimiento que serán revistas a la baja en las próximas Perspectivas de la Economía Mundial, fue Kristalina Georgieva, la directora general del FMI, que se encuentra en Dubai, por la Cumbre Mundial de Gobiernos.

Con el conflicto que no se frena y la guerra paralela de las sanciones, mientras Rusia y sus adversarios juegan al póker de la cesación de pagos y al del gas a pagar en rublos, la evaluación del FMI es que la guerra tendrá consecuencias «de amplio alcance».

Para una economía global que estaba saliendo del shock pandémico, en la cual «el crecimiento bajó, la inflación subió», el disparador de una crisis puede llegar por todas partes.

Tanto que desde la «unidad de crisis» creada especialmente por el FMI trabajan -explicó Giorgieva- para «identificar claramente los países en más alto riesgo y estar listos para ellos»: existe un colchón de 650.000 millones de dólares de reservas en derechos especiales de giro aprontados el año pasado, pero el FMI cree que diversos países tendrán necesidad de ayuda.

El pensamiento se dirige inmediatamente a los países emergentes, visto que el apretón sobre las tasas de la Reserva Federal (FED) corre el riesgo de un shock para algunos de estos, entre ellos, los más endeudados en dólares.

También el Banco Central Europeo (BCE) parece dirigido hacia una normalización: el jefe economista Philip Lane no excluye un alza de las tasas a fin de año, los operadores del mercado monetario apuestan a un entero punto porcentual a más tardar en marzo de 2023.

Y así bajan los títulos de Estado europeos, especialmente el BTP italiano, que vio el rendimiento decenal subir más del 2,2%, nuevo máximo desde enero de 2019. Es una alza generalizada de los rendimientos, por esto el «spread» está relativamente estable, poco por encima de 150.

Por ahora, los detonadores principales de una potencial crisis financiera se observan en los precios del gas, hoy saltaron más del 10%, entre factores climáticos que debilitan la oferta de Noruega, y el riesgo de una ruptura definitiva entre Vladimir Putin, que le gustaría el pago en rublos, y los líderes del G7, que quieren hacer valer los contratos existentes. Y luego sobre el riesgo-cesación de pagos de Rusia y de sus satélites.

Ucrania perderá un tercer PIB, Moscú va hacia una recesión del 10% este año que proseguirá el próximo, pero al pagar hoy 102 millones de dólares adicionales en cupones sobre bonos, las autoridades del país confirman que quieren evitar la insolvencia.

Pero existe un «detonante» de crisis hasta ahora permaneció en la sombra, y es Bielorrusia. Un estrecho aliado de Moscú, a un paso de la participación directa en la guerra, con un PIB de apenas 60.000 millones de dólares y apenas 3.300 millones de deuda externa, pero una dependencia económica de Rusia que lo hacen un candidato ideal para la cesación de pagos vistas las sanciones aplicadas a su líder Alexander Lukashenko.

Algunos inversores definen el default de Bielorrusia como inevitable y señalan que fondos líderes como Franklin, Fidelity y Capital Group tienen la deuda del país en el vientre.

Un estado cliente de Moscú con reservas de apenas 3.900 millones que, según Moody’s, se agotará rápidamente quitando a Lukashenko -confirmado en unas elecciones muy controvertidas- el salvavidas que aún mantiene a flote a Moscú.

FUENTE: ANSA.