sábado, abril 20, 2024

Opinión

OPINIÓN: Red de seguridad financiera mundial: un salvavidas para un mundo incierto

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Por Alina Iancu , Seunghwan Kim y Alexei Miksjuk

Cuando golpean las crisis económicas, como la causada por la pandemia, los países tienen una serie de recursos financieros, tanto internos como externos, a los que recurrir. La red de seguridad financiera mundial es un conjunto de instituciones y mecanismos que brindan seguros contra las crisis y financiamiento para mitigar su impacto.

Esta red de seguridad tiene cuatro capas principales: las propias reservas internacionales de los países; acuerdos bilaterales de intercambio mediante los cuales los bancos centrales cambian monedas para proporcionar liquidez a los mercados financieros; arreglos financieros regionales mediante los cuales los países unen recursos para apalancar el financiamiento en una crisis; y el FMI.

Como muestra nuestro gráfico de la semana, esta red de seguridad financiera global se ha expandido significativamente en la última década y sus fuentes se han vuelto más diversas.

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El gráfico, extraído de la reciente Serie Especial del FMI sobre COVID-19 , muestra que desde la crisis financiera mundial, el stock total de reservas internacionales se duplicó con creces, alcanzando alrededor de USD 14 billones a fines de 2020. Otras capas de la red de seguridad se multiplicaron por diez, hasta unos 4 billones de dólares estadounidenses.

Este aumento refleja la expansión de los acuerdos bilaterales de intercambio durante la crisis financiera mundial y la pandemia reciente, así como el establecimiento de nuevos acuerdos financieros regionales, especialmente en Europa (por ejemplo, el Mecanismo Europeo de Estabilidad) y en el Sudeste Asiático (el Chiang Multilateralización de la Iniciativa Mai). El FMI también duplicó con creces los recursos disponibles a raíz de la crisis financiera mundial.

Este seguro reforzado ayudó a amortiguar eficazmente el impacto durante el primer año de la crisis del COVID-19. El aumento de los acuerdos de canjes bilaterales, principalmente los canjes de la Reserva Federal de EE. UU., Proporcionaron un rápido respaldo de liquidez, lo que ayudó a estabilizar los mercados financieros mundiales y los flujos de capital hacia las economías de mercados emergentes.

El financiamiento de los acuerdos de financiamiento regional siguió siendo bajo, ya que la demanda fue contenida por políticas macroeconómicas de apoyo en las economías avanzadas y financiamiento oportuno de otras fuentes de la red de seguridad financiera mundial.

Por su parte, el FMI siguió siendo el eje de la red de seguridad, aprobando el alivio del servicio de la deuda y brindando asistencia financiera a un número sin precedentes de países, incluidas las economías de bajos ingresos y de mercados emergentes que no se beneficiaron de acuerdos bilaterales o regionales.

A medida que los países continúan lidiando con las consecuencias de la pandemia y enfrentan mayores riesgos de condiciones financieras más restrictivas, es probable que se necesite el uso continuo de la red de seguridad financiera mundial hasta que termine la crisis.