viernes, abril 19, 2024

Internacionales

Estados Unidos y los talibanes a punto de firmar un acuerdo histórico

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Estados Unidos y los talibanes deben firmar este sábado un acuerdo histórico en Doha que allana el camino para la retirada de las tropas estadounidenses, después de más de 18 años de guerra en Afganistán, y para negociaciones de paz que se anuncian arduas.

El presidente estadounidense, Donald Trump, instó el viernes a los afganos a «aprovechar la oportunidad de la paz».

«Si los talibanes y el gobierno de Afganistán mantienen sus compromisos, tendremos una senda a seguir para poner fin a la guerra en Afganistán con el fin de traer a nuestras tropas a casa», añadió.

El texto negociado durante año y medio en Catar, y que los enviados estadounidenses e insurgentes deben firmar en torno a las 11H00 GMT, no es un acuerdo de paz propiamente dicho.

Las autoridades afganas han quedado al margen por ahora de estas negociaciones directas sin precedentes. En esta fase solo se prevé una «reducción de la violencia» y no un verdadero alto el fuego.

«Estamos en los albores de una oportunidad histórica para la paz», aseguró el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, cuando se acercaba el día de la firma, mientras que un jefe talibán, Sirajudin Haqani, afirmó en el New York Times que «todos» estaban «cansados de la guerra».

Retirada progresiva

AFP/Archivos / -. Fuerzas de seguridad afganas en el lugar de un atentado suicida en Kabul, el 11 de febrero de 2020

«Hay muchas especulaciones sobre el contenido del acuerdo», afirma Andrew Watkins, de la organización de prevención de conflictos International Crisis Group. «Conocemos las líneas principales, pero ni siquiera sabemos con certeza si todos los términos del acuerdo se harán públicos».

En septiembre la firma era inminente pero fue cancelada de repente por Donald Trump, quien mencionó entonces la muerte de un soldado estadounidense en un enésimo ataque en Kabul.

Esta vez, los beligerantes acordaron un período de una semana de «reducción de la violencia», globalmente respetada en el terreno, y que termina este sábado.

Salvo que se produzca un incidente de último minuto, los negociadores estadounidenses, liderados por Zalmay Khalilzad, podrán firmar este pacto que el presidente estadounidense exhibirá en la campaña para su reelección en ocho meses como el cumplimiento de una promesa: poner fin a la guerra más larga en Estados Unidos.

En virtud del arreglo concluido, el ejército estadounidense comenzará a retirarse de Afganistán, una reivindicación clave de los talibanes, que a cambio se comprometerán a prohibir cualquier acto de terrorismo desde los territorios que controlan y a entablar negociaciones de paz con el gobierno de Kabul, con el que hasta ahora se han negado a dialogar.

A pesar de las críticas de algunos observadores que creen que concede demasiado por muy poco, el gobierno de Trump asegura que las garantías antiterroristas proporcionadas por los insurgentes responden a la principal razón de la intervención estadounidense, lanzada en represalia por los ataques del 11 de septiembre de 2001 urdidos por Al Qaida desde Afganistán, entonces digido por los talibanes.

«Etapa preliminar»

Inicialmente, los estadounidenses deberían reducir sus tropas de unos 13.000 soldados actuales a 8.600 en los próximos meses. El calendario de las retiradas posteriores es más vago, aunque Trump insiste en que quiere «traer a los muchachos a casa» y «poner fin a las guerras interminables».

Washington sostiene que la retirada será gradual y estará supeditada al cumplimiento de los compromisos de los talibanes.

Alrededor de unos 30 países estarán representados el sábado en Doha, pero no el gobierno afgano, que sin embargo ha enviado a una pequeña delegación para un «primer contacto» con los talibanes.

AFP / Brendan Smialowski. Mike Pompeo, en una rueda de prensa en Washington el 25 de febrero de 2020

Al mismo tiempo, según los medios de comunicación afganos, Estados Unidos celebrará una ceremonia con el gobierno afgano en Kabul, también este sábado por la tarde.

Después de estas ceremonias, las negociaciones interafganas deberían comenzar relativamente pronto, en una ciudad por determinar. En el pasado se ha mencionado Oslo.

«Hoy es solo una etapa preliminar para el inicio de este proceso, todavía no es un motivo de celebración para el gobierno y sus aliados», estima Andrew Watkins.

Según la ONU, entre 32.000 y 60.000 civiles afganos han muerto en esta guerra, además de 1.900 militares estadounidenses.