Localidades inundadas y tareas de limpieza en diversas viviendas. Es el panorama de la isla filipina de Luzón, la mayor del país, tras el paso del tifón Koppu, que ha dejado al menos 22 muertos en el norte del territorio.
Tras azotar esa región con vientos de hasta 210 kilómetros por hora, la Agencia Meteorológica del país ha rebajado la categoría de Koppu de tifón a tormenta tropical. Sin embargo, decenas de localidades siguen en alerta ante el riesgo de sufrir más inundaciones.
El temporal ha afectado a casi 300.000 personas. De ellas, unas 200.000 se han visto forzadas a abandonar sus casas, mientras que 70.000 están repartidas en cerca de 400 centros de evacuación.
Ante esta situación, Unicef ha hecho un llamamiento para conseguir unos dos millones y medio de euros para ayudar a los niños afectados por Koppu.
Las tareas de rescate continúan en diversas áreas, aunque no se tiene información de varias regiones que han quedado incomunicadas y sin corriente eléctrica.
