domingo, abril 28, 2024

Locales, Opinión

Una Moncloa necochense como hijo de la necesidad

Sharing is caring!

Por Miguel Abálsamo

En democracia muchas veces suelen tomarse resoluciones no por virtuosismo, ese arte de evitar las dificultades,  sino por necesidades.

Bienvenidas igualmente si sirven para el mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad.

El año próximo habrá elecciones para la intendencia del distrito de Necochea, tema definido en agenda, aunque sin embargo detrás del voto popular para elegir nuestro conductor político por cuatro años hay una variedad de situaciones que llevará a un parto complicado producto de una embarazada ciudad en dificultades muy profundas.

Los necochenses deberíamos exigir un Pacto de la Moncloa, que aunque muchos ponderan rara vez accionan. Aquel Pacto que terminó salvando España luego del «franquismo» cuando se debatía la República en todo el sentido de la palabra.

Se involucraron todos los actores decisivos de la vida española, desde los partidos políticos, el propio Rey Juan Carlos, los sindicatos, empresarios, organizaciones sociales, derechas e izquierdas, tras la prioritaria tarea de devolverle a España un sistema político democrático, soluciones económicas y sociales.

Nuestra vida política lugareña esta llena de aciertos y errores, contratiempos y no sobradas esperanzas, como también repleta de posibilidades ante una naturaleza que nos regaló para siempre playa, río, Puerto, zona agrícola-ganadero productora, y otras riquezas que muchos envidian y a veces nosotros no notamos .

En diciembre del 2015 tendremos un nuevo intendente surgido del calor de las urnas, a quien le depositaremos la confianza, lo cargaremos de mochilas pesadas de responsabilidades, y no debemos entender como un individuo solo capaz de resolver los dilemas de muchos años y nuestros desencuentros actuales.

Para eso le exigiremos equipos técnicos que nos muestren de cara a la sociedad, quienes serán los nombres que tendrán a su cargo las áreas más relevantes de una administración, con un proyecto claro que no sea la venta de espejitos de mil colores sino una realidad a plasmar en la práctica.

Solamente con la cantidad de votos obtenidos, un carisma personal o la esperanza como límite sin fin que afirmarán los ciudadanos no alcanzarán en este momento de tantas dificultades que dejará la herencia de ocho años del radicalismo (especialmente los cuatro últimos 2007-2011) del alcalde Daniel Molina, con ocho años de déficit presupuestario, cuentas al rojo con deudas acumuladas, desorden administrativo por donde comencemos a hurgar, incremento desmesurado del estado, carencia de atención de salud donde se estuvo a punto de cerrar el Hospital «José Irurzun «de Quequén, absoluta falta de elementos municipales, promesas incumplidas en alta escala, y el peor de los pecados, que no es «no ser feliz» como diría Borges, sino haber desaprovechado los mejores años argentinos de crecimiento a tasas chinas que tuvo destino claramente en distritos vecinos mientras que nosotros enmarcados en la mediocridad «molinista» dejamos escapar posibilidades entre los años 2003-2009.

Llegaría la inestabilidad institucional ni bien asumido el Frente para la Victoria de la mano del profesor Horacio Tellechea (hoy esperando decisión de la justicia para determinar su destino de restitución o destitución municipal)  situación que debe afrontar José Luis Vidal, haciendo lo que se puede sin aguardar milagros que en política relativamente aparecen, donde la estabilidad de un gobierno lo marcan otras situaciones que exceden los milagros.

Candidatos a intendentes hoy abundan en el distrito, proyectos claros todavía en ciernes, exhibición de posibles dirigentes para conformar un Departamento Ejecutivo, todavía muy lejano.

En la grilla principal los nombres del arquitecto Roberto Rago, que parece afirmarse en el liderazgo uno de la carrera interna ante las expectativas del presidente del HCD Pablo Aued y el titular de la bancada de Fe-Unión Peronista, doctor Arturo Rojas, el conductor del Frente Renovador Bonaerense, doctor Facundo López, sumados al Frente para la Victoria en las expresiones del licenciado Ricardo Calcabrini («sciolismo»), Luciano Lescano («randazzismo»), el propio intendente interino José Luis Vidal o quien disponga su estructura  política , y un radicalismo de Diez, Glen, Amilcar, con su socio socialista doctor Mario Labataglia, mientras que la muñeca de Leo Ruggiero el PRO sigue mostrando a Mauricio a la espera de mediciones que posicionen a alguien en la grilla, mientras que la identificación «macrista» la lleva sobre sus espaldas el mencionado Ruggiero, a quien  se lo nota trabajando en los barrios, dejando ese estilo exclusivo de «armador» para convertirlo en posible candidato.

Párrafo aparte para alguien que desde su casa, a la hora de hablar de una candidatura siempre aparece con vigencia, el profesor Horacio Tellechea, con un equipo armado para el corto plazo en caso de decisión judicial o preparado para lo que viene.

Sus seguidores aseguran que «Horacio será candidato…».

La pregunta a hacernos es… ¿candidato a qué… a Intendente… en una interna de las PASO en el Frente para la Victoria… en un partido de corte vecinal ligado al proyecto nacional?

Pacto de la Moncloa. Un hijo de la necesidad.

Necochea necesita un Pacto de la Moncloa para salir del atolladero, que tiene responsables como también es cierto que no tenemos tanto tiempo de detenernos en la historia sino tratar de revertirla.

El nuevo intendente encontrará escaso dinero en caja, índices de incobrabilidad de un sesenta por ciento, juicios que siguen acechando al estado, una transformación estatal que se impone en la hora, la lucha por transformar al menos un hospital público municipal en hospital provincial, tarea no fácil de concretar, una deuda que superará los cien millones de pesos, un parque automotor en condiciones lamentables como fiel testimonio que no paso un tsunami pero gobernó Daniel Molina (UCR), desconfianza de inversores que no quieren apostar por Necochea si las cuentas no están claras donde parecen seguir habiendo favoritismos empresariales, y entre dos o tres nombres quieren apropiarse de la ciudad concentrándose en amos de la Playa de Estacionamiento de Camiones de Quequén «El Chiquero», les prorrogan la recolección de residuos cuando ya tendría que haberse llamado a licitación, desembarcan en Puerto Quequén, manejan parte de la ciudad , para la democracia siempre en negativa la concentración excesiva de cualquier poder. En este caso empresarial.

Todo esto también debe cambiar en el nuevo gobierno.

Por eso se impone un pacto general, donde prive la unidad en los temas fundamentales de todas las fuerzas políticas, económicas, empresariales, sindicales, comerciales, representantes de nuestra sociedad, con el objetivo de cambiar de raíz la historia de nuestros últimos años.

Sin unidad no podremos avanzar en un distrito rumbo al desarrollo que pueda sentarse a dialogar o imponer algunas condiciones ante el poder provincial o central nacional cualesquiera sean sus representantes del 2015 al 2019.

No para escucharlos con promesas sempiternas sino para concretar realidades.

Una planta de efluentes cloacales en Punta Carballido, agendado entre las grandes prioridades, la concreción de una nueva Terminal que podamos exhibir con orgullo, plantarse ante el empresariado de poder económico que pretende, y ha conseguido domesticar al poder político a sus ansias, salir a cobrar tasas municipales a los que pudiendo evaden el pago, mientras seguimos cazando en el zoo, y cuando digo cobrar cuantiosas deudas no estoy hablando del kiosko de la esquina o la venta de choripan playera, estoy hablando de grandes empresas que deben cifras millonarias, las mismas que nos impiden mejor salud, más arreglo de calles, mejoramiento de nuestras finanzas.

Terminar de discutir sobre lo que haremos con nuestro parque «Lillo», y hacerlo.

Reconstruir el Complejo Casino y la rambla de la ciudad, dos postales que más que turística parecen de la post guerra.

El Pacto de Unidad, al menos por los dos primeros años no debe ser una declaración de principios vacía y solamente mostrable como palabras floridas nunca ejecutadas. Deberá se cierta, real, a fondo, privilegiando a la comunidad antes que al propio partido político.

Serán responsabilidades compartidas.

La de todo el arco opositor y los actores de nuestra sociedad, como también una apertura de los ganadores, quienes no deberán quedar encerrados en el microclima de la victoria momentánea, que muchas  veces queda rápidamente debilitada sino se actúa con celeridad y decisión.

Los necochenses nos merecemos esperanzas ciertas, oportunidades nuevas y expectativas legítimas.

Es de esperar que los nuevos que vendrán en el 2015 no repitan mucho de los anteriores, bajo un «fraserío» huecos de palabras ya escuchadas.

Avanzar por caminos ya transitados no nos mejorará la vida…es de esperar comenzar a construir mejores caminos.

One thought on “Una Moncloa necochense como hijo de la necesidad

Comments are closed.