sábado, abril 20, 2024

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TELEVISIÓN: Avenida Brasil, la hora de la verdad

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Hoy termina la historia que conquistó el rating. Luego del reencuentro entre Nina y Jorgito, se develarán todos los secretos.

Durante el verano, cuando en materia de rating las aguas parecen aquietarse, algo inesperado sucedió en Telefe con el estreno de Avenida Brasil, la telenovela que mañana llega a su fin. El caballito de batalla del canal, que fue el suceso del año en materia de audiencia, dará su último gran trote mañana desde las 21:15 hs. con una gala especial que se  transmitirá desde el estadio Luna Park con la conducción de Marley y la presencia de Vera Holtz (Lucinda) y Marcos Caruso (Leleco), junto con el simpático Alexandre Borges (Carlitos). Las entradas para semejante evento se agotaron en media hora.

Avenida Brasil debutó, tímidamente, presentada en las primeras horas de la tarde (16:30) en el marco del programa Historias del corazón, el ciclo conducido por Virginia Lago. Uno de sus atractivos era que la historia se iba a centrar en un millonario futbolista retirado. Otro, el afiche de presentación, que mostraba a una joven muchacha –la heroína– en una actitud poco habitual: mirada amenazante y una personalidad despojada de toda fragilidad.

Desde los mitos fundacionales de la historias, pasando por los grandes clásicos de la literatura hasta el culebrón más simple que puede haberse visto hasta ahora, la venganza, el amor y la búsqueda de la justicia son los pilares para construir cualquier historia. Sin embargo, a esta altura ya sabemos que la cuestión está en cómo se cuentan las tramas y eso es lo que Avenida Brasil puso en juego.

Creada por João Emanuel Carneiro (guionista de la película Estación Central, nominada a dos Oscar y galardonada con un Globo de Oro en 1998) y protagonizada por Débora Falabella, Murilo Benício y Adriana Esteves, Avenida Brasil cuenta la historia de Nina, una huérfana que lucha por recuperar la vida que le fue robada cuando su madrastra la abandonó a su suerte en las calles de Río de Janeiro siendo una niña. Rescatada de un tiradero (basurero) por una familia argentina, Nina regresa a su ciudad años después para cobrarse su venganza. Pero Nina, cuyo nombre cambia a Rita, no es cualquier heroína y su oponente, su madrastra y casi suegra, Carminha (Esteves), tampoco.

Así como a Nina la venganza la convierte en una persona desconfiada, estratega y fría, a Carminha su ambición la muestra como una de las mejores villanas que dio el mundo del culebrón. Tomando la lógica de una malvada que guarda un pasado sufrido, cometió los más terribles actos. Irascible, locuaz y brillante, tuvo a lo largo de la telenovela los parlamentos más profundos del guión, así logró despertar la simpatía del público. La tira tuvo también una serie de historias que la construyen como telenovela coral y atractiva de principio a fin. Dentro de ellas, su matriz tuvo como eje a Mama Lucinda, la gran protectora de los niños del tiradero; Nilo (ver recuadro) el mayor extorsionador de la historia y la estrella del mal, Santiago, padre de Carminha. Pero eso sólo se sabrá en los últimos capítulos. Recién entonces, se develará el terrible origen de las traiciones y venganzas. La sufrida historia de amor, entre Nina y Jorgito (protagonizada por Cauã Reymond el sex symbol 2014 de la pantalla chica), fue sólo una excusa, tanto que la pareja terminó unida contra los males en la segunda mitad de telenovela, para darle paso a la justicia.

Pero más allá de la historia de venganza y amor, el guión conforma un retrato de los suburbios más marginales de Río de Janeiro y la historia se asienta en esa delgada línea llamada Avenida Brasil. Es el eje que la atraviesa y mezcla lujosos barrios con suburbios marginales. Ahí es donde se constituye el principal escenario de la tira. La vida de gente común, las peripecias para tener plata, las formas en que se organiza el basurero para que la comida alcance para todos, son los elementos que aportan una parte muy interesante del guión. A diferencia de las típicas, ambiciosas y trepadoras villanas de las telenovelas, Carminha no tiene como objetivo último pertenecer a una clase alta, de hecho, la desprecia porque los considera a todos «idiotas». Su ambición es tener más plata, pero para no tener que volver a vivir al basurero. Así, las otras historias se tejen entre obreros, trabajadores de barrios y también varios estafadores, en un lugar donde el delito tiene límites poco claros.

Cuando se estrenó, en marzo de 2012, en su país de origen, Avenida Brasil, producida por Rede Globo, paralizó a todo un país con un promedio del 42% de espectadores; esto significa que hasta desplazó a la gran pasión de los brasileños: el fútbol. Estos altísimos índices de audiencia llegaron a superar el final de la Copa Libertadores, en junio de ese año durante el enfrentamiento de Corinthians y Boca Juniors. Esa noche, el fútbol alcanzó una audiencia de 20 millones de espectadores mientras que la telenovela reunió a más del doble, 50 millones, y un 84% de cuota de pantalla. En la Argentina, desde su estreno el 16 de diciembre, la telenovela figura entre los programas más vistos y encabezó el rating hasta su penúltima emisión. Tal fue el éxito que, promediando el año, la tira salió del horario de la tarde y pasó al prime time: 22:15 hs., en competencia directa con Showmatch (El Trece). Además de su excelente recibimiento en su país de origen, la serie fue récord de audiencia en México, Chile y Portugal. La crítica internacional también se vio seducida ante la atrapante historia y tuvo una nominación a los Premios Emmy Internacional en 2013, además de una decena de galardones.

CURIOSIDADES. La producción demandó 91 millones de dólares de inversión, aunque reportó 2000 millones de dólares de ganancia para Globo TV por la venta de los derechos de emisión en el mundo, ya que fue vista en 124 países y traducida a 18 idiomas.

Débora Falabella (Nina) y Murilo Benício (Tifón) se convirtieron en pareja sorpresa. Entre secuencia y secuencia nació una relación sentimental entre los actores.

El 19 de octubre del 2012, el último capítulo de Avenida Brasil congregó a miles de personas ante sus televisores. Lula da Silva, ex presidente de Brasil, acortó su discurso para llegar a tiempo; mientras que la presidenta Dilma Rousseff también cambió un acto público.

Rede Globo invirtió un total de 91 millones de dólares, a su vez consiguió una recaudación de dos mil millones de dólares, lo que la convierte en una de las telenovelas más rentables, según la revista Forbes.

Para que no se filtrara el final de la telenovela, Rede Globo tomó las medidas oportunas para ello. La cadena grabó cinco finales distintos de la misma historia del último capítulo. Además, controlaron a las personas que estuvieron presentes en la grabación.