sábado, abril 27, 2024

Castelli, Locales, Opinión

Crónica de una mala praxis anunciada

Sharing is caring!

Por Walter C. Medina

De una operación de rutina a un diagnóstico de cuadriplejía y daño cerebral.

Con el fin de dilucidar la responsabilidad de los hechos ocurridos en el Hospital Municipal Emilio Ferreyra de esta ciudad el día 16 de octubre de 2013 y que arrojaron como resultado el diagnóstico de cuadriplejía y daño cerebral en perjuicio de la paciente Flora Villanti, las líneas que se desarrollan a continuación dan testimonio de los posibles factores que pueden haber desencadenado el mencionado diagnóstico.

El día 20 de mayo del año en curso Flora Villanti Flora acude al Hospital Municipal de Necochea debido a un sangrado. Quienes la atienden en primera instancia le indican que debe dirigirse a la guardia. En ese sector se le insta a dirigirse a ginecología. Allí la atiende el doctor Marcelo Blanco, especialista en obstetricia y ginecología. Éste indica a la paciente que debe solicitar turno. El turno que le asignan es para finales de junio. Como opción se le explica que puede regresar por la mañana siguiente, aunque la administrativa encargada de la atención en ese sector argumenta que “si tiene suerte puede que la atiendan”.

Por orden de su médico de cabecera, Dr. Héctor Martitegui, Flora Villanti se realiza todas las pruebas concernientes a la intervención quirúrgica (histerectomía abdominal), la cual, según el propio Martitegui, debía llevarse a cabo cuanto antes.

El día 18 de junio se le realizan a la paciente diversos estudios; y es el doctor Ricardo Russo quien ordena una evaluación pre anestésica. De este modo a Flora Villanti se le practican los estudios previos a la intervención que, en primera instancia, iba a efectuarse el día miércoles 25 de septiembre. Es el mismo Martitegui quien especifica -en una carta dirigida a los profesionales del Hospital Dr. Emilio Ferreyra de Necochea- que la paciente debe ser intervenida tomando los recaudos que, según el mismo Martitegui, “siempre se toman con pacientes que padecen hipertensión y otras deficiencias”; es decir, priorizando en la asistencia que la misma debe tener y que se traduce en la permanencia del paciente en quirófano hasta que los efectos de la anestesia desaparezcan.

Los análisis realizados (cardiológicos, pulmonares, alergológicos, etc etc) dieron resultados positivos. Participan de éstos el Dr. Juan Alfonso Ruiz, la Dra. Gloria M. Golía, el anestesista José Berrier, el Dr. Abel Martín Aguerre, alergólogo, el Dr. Ricardo Russo y el Dr. Osvaldo Provenzal, médico cardiólogo. Todos los resultados confirman que la paciente está apta para ser intervenida. Es decir que Flora Villanti, en opinión de todos estos profesionales del hospital – en particular de los doctores Héctor Martitegui y Ricardo Russo-, (más otros profesionales particulares), estaba en condiciones de ser intervenida quirúrgicamente, siempre y cuando se tomaran las medidas mínimas de precaución requeridas en la carta señalada y especificada en su historia clínica.

El día martes 24 de septiembre la paciente ingresa en la sala de maternidad a las 21 horas. Allí le son requeridas sábanas y toallas, sin que previamente se le fuera indicado esto como requisito. Durante esta noche de internación se le suministra suero, se la seda y se la acicala; preparativos todos que la predisponen -física y psicológicamente- para la operación que va a efectuársele. Por la mañana, luego de ser informada de que en escasa media hora se procedería a su operación, una de las enfermeras de guardia le comunica que la operación ha sido suspendida debido al fallecimiento de un familiar de la doctora Marta Esker, responsable del área de maternidad. La paciente regresa a su casa con síntomas de fatiga, producto de la primera de las negligencias cometidas por los profesionales de este hospital, ya que según indica Sandra Hansen -directora del mismo, en conjunto con el doctor José María Álvarez- no existe motivo que explique esta primera suspensión de intervención debido a que, según explica la directora señalada, “hay otros cirujanos trabajando en ese horario y cualquiera de ellos está capacitado para una operación de esta naturaleza”.

Suspendida ésta, la segunda fecha que se le da a la paciente es el día miércoles 9 de octubre. Por consiguiente, Flora Villanti ingresa a sala de maternidad el día martes 8 a la hora 21. El proceso por el cual la paciente pasa es el mismo. Se le suministra suero, se la acicala y por la mañana se la prepara para ser intervenida. Sin embargo, media hora antes de esta intervención, la doctora Marta Esker decide suspender (por segunda vez) la operación, arguyendo que el médico cirujano, Doctor Ricardo Russo (quien también había atendido a la paciente con anterioridad durante los estudios previos), no se encontraba en condiciones de operar. Seguidamente a la paciente se le indica que abandone la sala y que regrese a su casa. De esta manera la operación se suspende por segunda vez. Flora Villanti regresa a su domicilio con síntomas de fatiga, propias del desgaste físico y psicológico al cual se la expone.

La doctora Marta Esker habla personalmente con la hija de la paciente, Lic. Alejandra E. Medina, explicándole que lo sucedido se debe a que es exclusivamente el doctor Russo quien debe intervenir a Villanti Flora, opinión que -como ya quedó especificado en líneas anteriores- se contrapone con la expuesta por la directora del Hospital, Dra. Sandra Hansen. “Si no era Russo debería haberla operado otro de los cirujanos que trabajaban esa mañana”, indica Hansen (declaración del día miércoles 16 de octubre de 2013).

Ese mismo día, y por pedido del hijo de la paciente, la doctora Marta Esker reitera lo ocurrido e indica lo previamente señalado a Alejandra E Medina; es decir que la operación se había pospuesto por indisposición del doctor Ricardo Russo.

La siguiente fecha, dictaminada por la doctora Marta Esker, es el día miércoles 16 de octubre. La paciente vuelve a ingresar en la habitación 4 de la sala de maternidad a la hora 21.

En la mañana del día 16, siendo la hora 12, el anestesista interviniente en la operación, Héctor Gustavo Novarino, solicita la presencia de familiares de la Flora Villanti. Según este le indica al hijo de la misma, la operación ya ha finalizado y “ha resultado bien”. Seguidamente Novarino le indica el sitio en donde la paciente se encuentra: Habitación 4 de la sala de maternidad. “Pasá por ahí que ya se está despertando.  Está con los efectos de la anestesia. Hubo que aplicarle anestesia general porque con la peridural sentía dolor”, indica Novarino antes de retirarse. En la habitación 4 de la sala de maternidad Flora Villanti se encuentra sola, recostada boca arriba y con una mascarilla. A sabiendas que la paciente debía permanecer en quirófano hasta recobrar el conocimiento, su hijo observa que Flora no está despertando, sino padeciendo fuertes convulsiones. Debido a esto acude en busca de la enfermera Nancy Cabrera, a quien le pregunta si lo que observa está dentro de los parámetros de la “normalidad”. La enfermera le responde afirmativamente, aunque en una segunda instancia decide consultar con otra de sus compañeras de área. Ante la duda de éstas, Nancy Cabrera le indica al hijo de la paciente que se retire de la habitación y espere fuera de la sala de maternidad. Al cabo de una hora aproximadamente, la doctora Gabriela Salgado, de guardia en Terapia Intensiva, comunica vía telefónica al hijo de Flora  el diagnóstico de coma más broncoaspiración.

Los directores José María Álvarez y Sandra Hansen reconocen la gravedad de la situación y se comprometen a iniciar un sumario con el fin de esclarecer los hechos, responsabilizando a quien corresponda.

La doctora Marta Esker asegura sentir profundamente lo ocurrido y manifiesta: “Yo creí que la iban a dejar en quirófano hasta que se despertase”.

La enfermera Nancy Cabrera asegura haber hablado con Novarino, diciéndole que se negaba a recibir a la paciente en las condiciones en las que se encontraba. “Debía permanecer en quirófano”, asegura, como también lo hace su compañera de área, enfermera Rosa Piñeyro.

Intervinieron en esta operación los doctores Gloria Golía (ginecóloga), el doctor Daniel Kammejarín (cirujano), y Héctor Gustavo Novarino (anestesista). Enfermeras de quirófano: Soledad Sahues. Médico de cabecera, Héctor Martitegui.

Hasta el día de la fecha ninguno de los profesionales que intervinieron en esta operación ha dado explicaciones certeras de lo ocurrido. El diagnóstico actual de Flora Villanti es Cuadriplejía, Lesión y Disfunción Cerebral, Disfagia Cerebral Anóxica. Se encuentra alimentada vía sonda nasogástrica y atada a una cama desde hace más de siete meses.

2 thoughts on “Crónica de una mala praxis anunciada

  1. Por cosas de la vida yo estuve ese 16 de octubre de 2013 a la mañana en maternidad y el doctor Russo tenia que realizar 3 cesareas seguidas. Yo quisiera saber que clase de compañerismo existe con el resto de cirujanos de guardia que no pudieron realizar la operación. Lavarse las manos y culpar sabiendo que el ya había realizado 3 cesareas. Yo estuve ahí y fui de testigo de eso, y todos saben que el Doctor Russo es el mejor ginecólogo de Necochea. Saludos.

Comments are closed.