El Mundial Italia 1934 se destacó por ser una gran movida de propaganda y difusión política para los anfitriones.
El equipo tano tenía “la obligación” de salir campeón debido a las supuestas sutiles amenazas de muerte emitidas por Benito Mussolini a los jugadores en el caso de que no lograran conquistar la copa.
“Que Dios lo ayude si llega a fracasar”, intimó el dictador al DT de Italia Vittorio Pozzo, por suerte para él, todo terminó bien. Segundo quedó Checoslovaquia y en el tercer lugar se ubicó Alemania.