Es mediodía en este convulsionado otoño austral, el periodista de TN dialoga con un camionero quien le manifiesta su malestar luego de 15 días de estar varado en medio de la ruta; ante mi estupor el periodista en tono de reproche le dice – ¿porque no se vuelve?, O es ¿qué su empresa no lo deja?..
Y este camionero con nervios de acero y paciencia milenaria, en lugar de estamparle una cachetada le responde –porque no puedo, el resto de los piquetes no me dejarían pasar; el notero de TN ya sin disimular su objetividad insiste – y ¿porque salió a la ruta si sabe que está el paro agropecuario?…. yo me precipito esperando ver el cross al mentón del comunicador social, pero no, el devorador de caminos resulta ser vegetariano y muestra el remito que demuestra que su agitado viaje empezó antes del comienzo de los cortes; a pocos metros del lugar un personaje casi caricaturesco, mezcla de Pedro Picapiedras y el groncho de Hugo Arana, pregunta a voz en cuello ¿ pollos pasan?
La respuesta del pequeño grupo que lo rodea no se hace esperar ¡Noooo! Y entonces él ratifica… ¡pollos no pasan! ¡Pollos no pasan! ; la gendarmería presente en el lugar escucha atentamente y colabora en el cumplimiento de la prohibición de paso a los comestibles bípedos. Ya desconcertado, me pregunto ¿qué hace toda esa gente en la ruta de este señor?, Pero luego me percato que se trata de una ruta nacional, bien del dominio público del estado.
Indago sobre porque razón este buen hombre se enseñorea sobre lo que otrora fueran nuestras rutas con paso libre para cualquier argentino bien nacido y de los otros también, aparentemente él como muchos otros terratenientes viene ganando mucho dinero con la soja y quiere ganar aún mas cueste lo que cueste y el gobierno quiere que gane lo mismo que ya es bastante, supuestamente para que el camionero que debiera trabajar 10 vidas para equiparar el patrimonio del Picagroncho, al menos pueda seguir comiendo un asadito cada tanto.
Dada estas circunstancias, los terratenientes, para presionar al gobierno y defender fundamentalmente los intereses del grupo Grobocopatel. Cargill, Dreyfus y otros indigentes del país, se han adueñado (como si no fueran dueños de bastantes cosas) de las rutas y amenazan, y ya cumplieron en parte, con dejar sin alimentos al resto de sus compatriotas.
Ante este reino de la sinrazón, los que desde hace 20 días impiden la libre circulación de personas y bienes en el territorio nacional, nada mas que por defender un interés sectario y egoísta, se desgañitan vociferando que las medidas gubernamentales son anticonstitucionales, vaya selectiva interpretación de lo que es o no constitucional de parte de esta buena gente.
Aquellos que exigían (con la sensibilidad y sentido social que los caracteriza) se reprimiera a los tiros si fuera necesario a los mas olvidados de nuestra sociedad, cuando un ocasional piquete les generaba alguna demora para llegar al concesionario donde retirar la nueva pick-up o a su destino de placer, hoy roban a los que ya casi nada tienen, la forma de protesta que fuera producto de su mas esforzada imaginación.
Y pensar que yo creí por lo que decían los medios que el gobierno se peleaba con “el campo”, y ahí me imaginaba a estos funcionarios mal nacidos enredados en los rastrojos de soja cagando a bifes a los mejores suelos de nuestra llanura pampeana; pero no, la pelea no es con “el campo”, si el campo es más bueno que el pan, parece que la pelea es en realidad con sus actuales dueños que por otra parte parecen ser bastante jodidos.
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