viernes, marzo 29, 2024

Salud

SALUD: Se calcula que hay 4.000.000 de chagásicos en nuestro país, se la llama epidemia silenciosa: Estamos perdiendo la batalla contra el mal de Chagas

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Por Elena Luz González Bazán

En realidad es una enfermedad de la pobreza y si la contraen los pobres, deliberadamente, se oculta.

En noviembre del 2008, más de 500 expertos deliberaron sobre el mal de Chagas, en ese seminario, donde concurrieron expertos de Argentina, Bolivia y Paraguay se afirmó: «Estamos perdiendo la batalla contra el mal de Chagas». Esta reflexión fue el 18 de noviembre del 2008.

Desde el gobierno nacional se planteo durante 2006 y 2007 la lucha contra el Chagas, pero esto no surtió ningún efecto. La enfermedad está fuera de control y su trasmisor, la vinchuca, se mantiene fuera de vigilancia. Siguen existiendo las escuelas ranchos, las casas con techos de paja y adobe, la gran precariedad que permite que la vinchuca se posicione de los espacios domésticos y colectivos, como las escuelas, con gran facilidad. En las áreas rurales y también las urbanas.

En ese evento reunido en Buenos Aires, se sostuvo lo siguiente: «A casi cien años del descubrimiento de la enfermedad, estamos perdiendo la batalla contra el Chagas porque no hemos podido desterrarla hasta ahora ni tampoco controlarla», sentenció Sonia Tarragona, directora de la Fundación Mundo Sano, que organizó la reunión en la Academia Nacional de Medicina junto con la Organización Panamericana de la Salud y la Universidad de Buenos Aires.

Dicha fundación afirma que existen dos millones de infectados y en el denominado Gran Chaco se concentran el 15 por ciento del total de América Latina.

Esta región es compartida por Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay, con 31.400 kilómetros cuadrados y algo más de 300 comunidades originarias; entre los ríos Paraguay y Paraná y el Altiplano andino.

Hasta fines del siglo XIX se la conoció como Gran Chaco Gualamba, aunque Gualamba se aplica al sur del río Pilcomayo Araguay.

En el caso de nuestro vecino hermano Brasil, en este mismo período del 2006 y 2007, logró interrumpir la transmisión vectorial del parásito Trypanosoma cruzi, causante del mal. «Y mantiene su status porque hizo de la vigilancia activa una política de Estado y, como tal, no se altera con los cambios de gobierno ni autoridades locales», y agregó el doctor Héctor Coto, director ejecutivo de Mundo Sano, que la Argentina no avanzó de la misma forma.

Asimismo afirmó que: «La principal debilidad en la lucha contra la transmisión vectorial del T. cruzi está dada por la imposibilidad de mantener los éxitos logrados, pero la discontinuidad y la ciclotimia de las acciones durante todos estos años hacen que el panorama se revierta enseguida. Vemos que las acciones en las provincias son dispares, y en esto influye el proceso de descentralización de la salud, ya que cada una tiene un compromiso distinto, especial y paradójicamente las provincias más afectadas».

Otro de los especialistas afirmó: «Es un problema no resuelto desde hace 40 años. Los índices de pobreza en el Gran Chaco superan largamente el 50 por ciento», Ricardo Gürtler, investigador del Conicet a cargo de un programa en comunidades rurales de esa zona.

Las provincias afectadas, según los relevamientos realizados son 14. En el 2006 el Ministerio de Salud se replanteó controlar la transmisión del T cruzi, reducirlo a la mitad, pero no se hizo. A mediados del 2008 se dieron nuevos casos de reinfestaciones en las zonas determinadas por el avance del mal de Chagas. El Programa Federal de Chagas no logró sus objetivos.

De todas formas la doctora Cynthia Spillmann, coordinadora del Programa Federal de Chagas afirmó que: «Cuando las acciones decaen o se suspenden aumenta la posibilidad de reinfestación», y señaló, no fue participante del seminario, que: «No creo que se esté perdiendo la batalla porque estamos tratando de pelear para controlar esta endemia».

El doctor Juan Carlos Bossio, director de Epidemiología del Ministerio de Salud, aseveró que: «en los últimos 40 años ha habido avances importantes, pero se produjo un estancamiento en el progreso y hasta un retroceso en áreas en las que se había logrado el control de la transmisión vectorial». Los funcionarios gubernamentales plantearon un problema de monitoreo.

Como cierre de lo sucedido en aquel Seminario podemos sintetizar que los especialistas atribuyeron el problema del avance del Chagas a la falta de coordinación de esfuerzos y el uso de recursos y acciones en forma «espasmódicas». Estos aspectos generaron que no retrocedieran las vías de transmisión.

No se puede pensar que la lucha contra la vinchuca es simplemente rociar con insecticida las viviendas. Hay que informar, prevenir y mejorar la calidad de vida.

Tarragano, otro de los especialistas dijo: «hay muchas acciones, pero los resultados no mejoran. Nos falta una coordinación inteligente y estratégica».

El doctor Janis Lazdins, miembro del Programa de Investigación y Entrenamiento en Enfermedades Tropicales de la OMS aseveró que: por cada caso notificado hay 20 sin diagnóstico.

Por otro lado, FALCHA (Fundación Argentina de lucha contra el Mal de Chagas) sostiene que el mal de Chagas es el problema sanitario más relevante de la República Argentina. Aproximadamente unos 3.000.000 de personas la padecen, de los cuales entre un 15% a un 30% de los infectados presentan lesiones cardíacas o de otros órganos irreversibles. A principios de siglo, el Chagas afectó mayormente al interior del país – sobre todo Santiago del Estero y Chaco-, hoy, luego de las diferentes migraciones hacia la ciudad de Buenos Aires, más de un millón de infectados vive en zonas marginales del conurbano bonaerense.

También podemos registrar esta afirmación: «Es que si la gente no tiene trabajo, no tiene que comer, difícilmente pueda cuidarse de cumplir con las normas de prevención y de higiene, la falta de educación y la pobreza son las principales causas de la endemia», Antico Penna pobladora de las zonas afectadas.

Por su lado ALCHA (Asociación de lucha contra el mal de Chagas) inaugura su portal de la siguiente forma: SILENCIO, OSCURIDAD, POBREZA.

Este pasado mes de mayo del 2009, el director del Programa Nacional de Chagas, a partir del 2008, Héctor Freilij afirmó que cada semana mueren 10 personas en promedio en el país por la enfermedad de Chagas. Algo así como dos millones de infectados.

“Hay pocas acciones de pesquisas para detectar la enfermedad en chicos, cuando se calcula que el 80 al 90 por ciento se cura con un tratamiento de dos meses”, advirtió Freilij, que desde hace más de una década es jefe de Parasitología y Chagas del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de la ciudad de Buenos Aires.

Además, el Chagas ya no es una enfermedad de las áreas rurales, en la Capital de San Juan está en edificios deshabitados.

Hay muchos infectados que no saben que tienen Chagas y puede suceder la muerte súbita, afirma el funcionario. No hay planes sistemáticos para combatir a esta muerte silenciosa.

El presupuesto

Son 16 millones y 50 millones del Banco Mundial para todo el curso del presente año.

Estos 66 millones de pesos no superan lo que gastará el Ministerio de Salud de la Nación para comprar unos 110 mil tratamientos del antiviral recomendado para los pacientes con gripe porcina y reforzar el stock que ya tenía 500 mil dosis, estamos hablando de 70 millones de pesos.

Asimismo, hay una ley nacional que se aprobó hace un año y medio, más exactamente en septiembre del 2007 y obliga a realizar test a todos los recién nacidos de madres seropositivas y a todas las embarazadas, esta nunca se reglamentó y por lo tanto no se aplica: “Estamos frente a un homicidio por omisión, por no hacer nada”, afirmó el doctor Héctor Freilij.

Los antecedentes de Freilij en materia del mal de Chagas datan desde su tiempo como residente. Caminó el interior y zonas afectadas por el Chagas. y en la nota concedida a un medio capitalino afirma que Guatemala han cortado la transmisión por el vector. “Si se hicieran las cosas bien, en tres, cuatro o cinco años Argentina podría llegar a esa situación”.

Más datos de la falta de políticas de Estado

Las políticas descentralizadoras llegaron también para el Chagas, las provincias deben hacerse cargo de fumigar, educar, prevenir y demás operaciones.

Si la estrategia es la fumigación, de los 3.000 que había en la década del 80, queda el 10 por ciento. Se contrataron unos 400 más, el Ministerio de Salud de la Nación ofreció pagar por dos años a los fumigadores, luego se hacen cargo las provincias y las mismas no aceptaron.

El especialista sostiene que se necesitan unos 1.000 a 1.500 fumigadores, que las fumigaciones se deben hacer en las viviendas y repetir la operación a los seis meses y controlar y volver a fumigar.

Un cuadro que muestra que la descentralización perjudica a las provincias pobres y encima, el mal de Chagas lo soportan, sufren y mueren los empobrecidos.

Santiago del Estero, Chaco, San Juan y La Rioja son cuatro de las provincias con mayor índice de infectados.

En el caso de Jujuy, Entre Ríos, La Pampa, Neuquén y Río Negro han sido certificadas por la OMS, Organización Mundial de la Salud, como libres de transmisión domiciliaria por vector. Pero, para estas provincias, afirma Freilij tiene dudas de que actualmente esa situación se mantenga. “Tengo información de que ha vuelto a detectarse vinchuca infectada domiciliaria”, observó.

«Las migraciones internas han llevado la vinchuca y el Chagas a centros urbanos: en la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, casi el 3,2 por ciento de los donantes de sangre tienen Chagas; en Santiago del Estero, donde se registra la prevalencia más alta, el 14 por ciento de los donantes es seropositivo».

Pero también se debe controlar y vigilar la vinchuca en gallineros y los alrededores de las casas, de las zonas rurales. “La vinchuca no se puede erradicar, pero sí controlar”, afirma el especialista.

El Programa Nacional de Chagas aseveró que en el caso de la provincia de Santiago del Estero tenía programada la fumigación en 2969 localidades en 2008: apenas cubrió al 34,4 por ciento.

La Rioja, hizo el rociado domiciliario en apenas el 20,6 por ciento de las 690 localidades.

En el caso del Impenetrable, si no fuera por la Organización Nelson Mandela que hizo una presentación judicial que llegó a la Corte Suprema de Justicia no se hubiera fumigado. En 2008, en el Chaco se trataron más de 300 niños infectados con la enfermedad.

Igualmente, se estima que actualmente de las 700 mil mujeres que dan a luz cada año en el país, sólo son sometidas a un testeo entre 400 mil y 500 mil.

Para finalizar, las políticas de Estado implican medidas que conducen a terminar, erradicar o aliviar definitivamente con un mal, en este caso una epidemia como el Chagas.

Políticas de Estado fueron las que llevó adelante, desde el Ministerio de Salud, el doctor Ramón Carrillo, casi eliminó definitivamente el mal de Chagas, pero el presupuesto, las tareas, los profesionales y el análisis de situación de la región afectada, lo llevó a iniciar un camino para lograr terminar con epidemias múltiples, en aquel momento, o dejar un camino abonado para continuar y evitar su recrudecimiento.

Estas son políticas de Estado.

Asimismo, en provincias empobrecidas o indigentes, asiste el erario nacional, en tiempos de elecciones, clientelismo y extorsión electoral, muy pocos se preocupan por los infectados por el Mal de Chagas.

De estas situaciones alarmantes no se habla…

FUENTES: ALCHA, FALCHA, Fabiola Czubaj (LA NACION), Mariana Carvajal, PAGINA 12, fuentes propias