«Que nadie se atreva, a tocar a mi vieja», sonaba en el camión del sonido en el Congreso Nacional. En su marcha número novecientos, los viejos y las viejas volvieron a demostrar su voluntad inquebrantable de lucha y compromiso. Ni los 18 años, ni los embates de los distintos gobiernos de turno, pudieron con ellos. Y estuvieron rodeados de la solidaridad y el compromiso de todos los trabajadores de la CTA.
«Con la fuerza de los que no se resignan» marcharon esta tarde los jubilados y abrazaron una vez más el Congreso Nacional. Acompañados por la Central de Trabajadores de la Argentina, nuestros viejos volvieron a decir que «la lucha por el 82% móvil, por una jubilación digna, es una bandera en alto frente a tanta entrega y tanta traición».
La canción de Pappo sonaba por los altoparlantes del camión que se había cruzado sobre la Avenida Rivadavia. De a poco se fueron reuniendo los que hace más de 18 años, sí, 18 años, siguen creyendo que es posible una vida digna. Y no estuvieron solos. Miles de compañeros y compañeras de la CTA de la Capital Federal y de la provincia de Buenos Aires hoy estuvieron con ellos.
Convocada por la Federación de Trabajadores Jubilados (FeTraJub-CTA) y la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados, esta marcha número 900 contó con la presencia de los dirigentes y trabajadores de toda la CTA. Hugo Yasky, Pablo Micheli, Víctor De Gennaro, Víctor Mendibil, Ricardo Peidro, Alejandra Angriman, Daniel Barragán, Daniel Jorajuría, Fabio Basteiro, Carlos Chile, Hugo «Cahorro» Godoy, Oscar de Isasi, Pablo Reyner, entre tantos otros dirigentes de la Central acompañaron este nuevo reclamo por una jubilación digna.
Poco a poco la avenida se fue colmando de manifestantes. Estaban los Chicos del Pueblo, los de los movimientos territoriales MTL y MBB, estatales, docentes, judiciales y de otras organizaciones gremiales como AMMAR y SIMECA, entre otros. La fría tarde porteña no pudo con el calor de los cantos y las banderas que se sumaban para acompañar a ese «ejemplo de lucha y dignidad», como los definió De Gennaro.
Fue justamente él quien tuvo a su cargo entregar las placas de homenaje a algunos de los jubilados presentes. Elías Moure, de la FeTraJub, Luis Gotardi y la querida «Margot», recibieron una mención «por mantener en el tiempo la llama viva de la esperanza», según rezaba el material entregado a cada uno de ellos. Entre tanta emoción se leían las adhesiones de diputados nacionales y legisladores porteños electos, como así también de otras organizaciones sociales y partidarias que durante todos estos años acompañaron su camino.
La medida de nuestra lucha
Fue justamente Víctor De Gennaro quien, a su turno, explicó que «los viejos fueron la medida de nuestra lucha. Porque la primera acción que hicimos cuando todavía éramos el Congreso de los Trabajadores Argentinos fue juntar un millón de firmas, en pleno verano, para impedir la entrega de nuestro sistema previsional». El dirigente explicó también que «esa vez empatamos. Porque no logramos impedir la creación de las AFJP, pero sí logramos sostener el sistema solidario de reparto. Y gracias a eso, el año pasado tuvimos un avance cuando por fin se terminó con la estafa de las administradoras privadas y los aportes de todos los trabajadores volvieron a ser parte de un sistema público».
Finalmente, indicó que «ahora vamos por el triunfo definitivo. Porque es una inmoralidad que el Gobierno use la plata del ANSES para financiar a la General Motors y a los grupos concentrados de la economía». Y concluyó: «Señora Presidenta de la Nación: con los 31 mil millones de pesos que se gastó en financiar a los grandes grupos se podría haber pagado 500 pesos de aumento a cada jubilado. Basta de verso. Plata hay, lo que falta es vergüenza».
La voz de los más viejos
Luego fue el turno de los representantes de las organizaciones que convocaron a esta marcha. Luis Gotardi agradeció el reconocimiento de sus compañeros y reconoció que «todos los que luchan van a ser antiguos, pero no viejos. Seguiremos aquí con la dignidad que nos da la lucha de todos estos años. Y vamos por más. Porque viejos son los trapos, no nosotros».
Elías Moure, a su turno, recordó la consigna que ya se hizo carne en cada uno de los que marchan los miércoles, y en especial, en las nuevas generaciones: «con la fuerza de los que no se resignan vamos a seguir luchando por lo que es nuestro: el 82% móvil, la vida digna, la distribución de la riqueza. Y no tengan dudas compañeros de que vamos a triunfar».
Mientras una madre de Plaza de Mayo saludaba desde el escenario a los presentes, la secretaria de Previsión Social de la CTA a nivel nacional, Lidia Mesa, preparaba el micrófono. Cuando le tocó hablar recordó que el flamante ministro de Economía, Amado Boudou, fue el mismo que entregó la plata de los jubilados y «ahora se fue». Y se preguntó: «¿Quién nos va a explicar ahora donde está nuestra plata? ¿Quién nos va a decir lo que se hizo con esos fondos que deberían ser utilizados para mejorar nuestras jubilaciones?».
Y fue Marcos Wolman, titular de la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados, quien subió la apuesta: «Esta no es una lucha de los jubilados, sino de todos los trabajadores para tener una vida y un futuro dignos. Por eso, hoy como ayer, está presente junto a nosotros la CTA. Porque esta es una lucha de toda la clase trabajadora».
El dirigente también recordó que «el 76% de los jubilados hoy cobran el haber mínimo, o sea, 25 pesos por día para subsistir. Y más del 90% de los viejos están bajo la línea de la pobreza». Y culminó: «Por eso decimos que tenemos que seguir luchando y tenemos que construir, en el marco de la Constituyente Social, un movimiento político revolucionario que nos permita en serio lograr las transformaciones que reclama nuestra patria».
La dignidad
Al cierre del acto, y antes de que la nutrida columna marchara alrededor del Congreso Nacional, el secretario general de la CTA, Hugo Yasky, destacó que «estas son las 900 marchas de la entereza, la dignidad, la conciencia de clase y la enseñanza para los más jóvenes».
El dirigente también explicó que es bandera de toda la CTA el reclamo por «el 82% móvil y la sanción de una nueva ley de movilidad jubilatoria», al tiempo que reconoció que «no habrá jubilación digna si no hay salario digno. Y por eso la CTA seguirá en su lucha para que en la Argentina haya una justa distribución de la riqueza».
Además, informó que la Central lanzó una campaña nacional por la aplicación del Convenio 102 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT9. «La última asamblea de la OIT estableció que los gobiernos, frente a la situación de crisis que existe en el mundo, tienen que ratificar este convenio que habla específicamente de los instrumentos mínimos de la seguridad social que deben garantizar los Estados. Es decir: jubilaciones dignas, sistema nacional de pensiones y seguro de desempleo para todos los trabajadores del país. Para nosotros este es un tema clave. Y por eso vamos a seguir luchando”, concluyó. (ACTA)