Por: Sebastián Campanario. (Material enviado por Víctor Radusky)
En la Argentina crecieron 35% las ventas de El Capital. Furor global por el filósofo alemán.
Vigencia. Las herramientas marxistas resurgen en las crisis. Alguien tenía que vengar el cierre del cine Cosmos, que proyectaba películas rusas en la calle Corrientes. Y es ni más ni menos que Karl Marx, cuyas ideas, crisis mediante, cobraron un renovado protagonismo en el debate económico.
En la Argentina, las ventas de El Capital, la obra fundamental del filósofo, historiador y economista alemán, crecieron un 35% en el segundo semestre de 2008 en relación a los primeros seis meses del año. «Y la consultas de libreros y público con respecto a la obra han aumentado mucho también», dice Laura Campagna, vocera de Siglo XXl. La editorial tiene media docena de libros de Marx en catálogo y la traducción más demandada de El Capital, que se hizo en los 70 un grupo multidisciplinario y demoró 8 años.
El estado de perplejidad en el que se encuentran los economistas a la hora de entender la crisis hizo resurgir el interés por los autores clásicos. La vuelta de las ideas de John Maynard Keynes, padre de la macroeconomía moderna, fue el dato del 2008. Pero a medida que la debacle se profundiza surgen interpretaciones más radicales. Y ahí entra Marx, que resucitó y arde en blogs, seminarios y revistas del ambiente económico.
«Esta crisis no es ni financiera ni actual; se trata de una expresión de la acumulación de capital a escala mundial, producto de la sobreproducción general inherente a las economías capitalistas», explica Guido Starosta, economista argentino e investigador de la Universidad de Manchester, en Inglaterra. Starosta, una autoridad académica en economía marxista, sostiene que «el desarrollo de la crisis responde en rasgos generales a los mecanismos ya descubiertos y analizados por Marx».
Los libros del padre del socialismo se agotaron en Alemania y otros países. El ministro de Finanzas alemán Peer Steinbruck dijo recientemente que las respuestas de Marx a los problemas de hoy «podrían no ser irrelevantes». Y hasta el presidente Francés Nicholas Sarkozy se permitió posar para unas fotos leyendo Das Kapital.
«La implicancia de la renovada popularidad de Marx es que muchos ven al sistema capitalista como esencialmente quebrado», dice Harold James, historiador de la Universidad de Princeton.
El enamoramiento es tal que tracendió el ámbito económico: en Alemania se prepara una película sobre El Capital y su merchandising también es demandado: «Sacamos varias agendas con personajes históricos para fin de año, y la más vendida por lejos fue la de Marx», dice Campagna.
¿Qué cabe esperar de aquí en más según los marxistas modernos? «La respuesta de los Gobiernos fue una huida hacia adelante con bajas de interés y absorción de deuda tóxica», sigue Starosta, «en el mejor de los casos, se retomará un crecimiento lento, pero el problema va a reaparecer». Y concluye: «En cualquier caso, los descubrimientos de Marx muestran su vigencia: el capitalismo encierra contradicciones insalvables que, tarde o temprano, estallan en crisis sistémicas.»