El no reconocimiento de la vacuna Sputnik V por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) complica la obtención del «pase verde» europeo para muchas personas vacunadas con el suero ruso y amenaza con dañar el turismo en Italia.
El asesor de Sanidad de la región Lazio, que engloba a Roma, Alessio D’Amato, fue el encargado de lanzar el alerta: «No reconocer, a los fines de la certificación de vacuna, a quien se inmunizó con la Sputnik, causa un daño al turismo y es un problema también para los ciudadanos italianos en Rusia y los ciudadanos de San Marino».
La pequeña república enclavada en Italia, efectivamente, alcanzó la «inmunidad de rebaño» precisamente gracias al uso de la Sputnik.
Una paradoja que podría costarle caro al flujo turístico, especialmente importante en Roma, pero que también puede complicar los traslados de los ciudadanos de San Marino dentro del territorio italiano, donde a partir del 6 de agosto será obligatorio el «green pass».
«Creo que sería útil -agregó D’Amato- estudiar fórmulas que permitan, a los fines del pase, el reconocimiento de esta vacuna, superando la paradoja que ve a la Sputnik apta para el proyecto Covax de la OMS, que garantiza a todos los países del mundo el acceso a la vacuna, para luego no reconocerla con la certificación vacunatoria».
En los últimos días el tema se planteó también de parte del grupo de Forza Italia en el Senado italiano, a través de una interrogación al ministro de Salud, Roberto Speranza.
En el documento se invitaba al gobierno a recurrir a la «cláusula extraordinaria por la cual cada Estado miembro podrá elegir entregar el certificado también a quienes usaron una vacuna aún no aprobada, pero reconocida por la lista de emergencia de la OMS, como la Sputnik».
Una primera apertura llegó de parte del subsecretario de Salud, Pierpaolo Sileri, que en una entrevista con el Messaggero afirmó que «es preciso hallar una solución para los muchísimos italianos que, a su pesar, se hallan en una suerte de limbo en espera de comprender qué hacer para tener el green Pass», dijo.
«Presenté varios requerimientos formales desde mi oficina, espero que antes de fin de mes finalmente se resuelvan estos problemas», agregó.
Una situación que se vincula también con la de los 600 voluntarios italianos que participaron en la experimentación con la vacuna italiana de Reithera y que hoy, al igual que los de Sputnik, no son considerados vacunados en Italia.
«También en este caso -concluyó Sileri- se puede evaluar concederlo tras verificar la presencia de anticuerpos».