martes, noviembre 26, 2024

Ecología

Día Internacional del Té 2021

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La curiosa historia del té

Cuenta la leyenda que la costumbre de beber té se remonta al 2737 a. C., cuando el emperador chino Shen Nung estaba bebiendo agua caliente en una taza y al pasar debajo de un árbol, unas hojas verdes cayeron dentro del recipiente. El monarca quedó gratamente sorprendido de su delicado sabor y se dice que así nació el té.

Más allá de mitos y leyendas la planta del té Camellia sinensis es originaria del sur de China y de gran parte del sudeste asiático, aunque en la actualidad se cultiva en casi todas las regiones tropicales y subtropicales del planeta. De este arbusto de tamaño pequeño se emplean las hojas para elaborar las diferentes variedades del té, como el verde, rojo, negro, etc.

Los chinos son los mayores bebedores de esta infusión y han creado los más afamados tipos de tés. Los japoneses también lo consumen y al igual que sus vecinos orientales, tienen importantes rituales y ceremonias para prepararlo y servirlo. Los ingleses lo toman a las 5 de la tarde y en España se ha disparado su consumo en los últimos años, especialmente de té verde ecológico, gracias a que es una bebida muy saludable.

La delicadeza del té

El sabor y el aroma del té dependerá en gran medida de las condiciones en las que se cultive, de cómo madure y de qué forma se lo procesa. Esta planta crece solo en climas cálidos entre los trópicos Capricornio y Cáncer, puesto que necesita un clima cálido y templado, con lluvias regulares, por eso prolifera en las zonas de influencia monzónica, que se caracterizan por tener muchas horas de sol y abundantes precipitaciones.

La temperatura ideal para cultivarlo oscila entre los 9 y los 29ºC y no prospera a más de 25500 metros sobre el nivel del mar y las variedades de “altura” suelen tener un sabor más intenso puesto que maduran más lentamente. En cuanto a la altura del arbusto se intenta que sea menor de 2, para facilitar la recogida.

La recolección manual es el mejor de los métodos, ya que ayuda a que el aroma y el sabor del té sea más sutil y con mayor cantidad de matices. Solo se recogen las yemas de cada rama y las dos hojas subsiguientes, es decir las más jóvenes y según la capacidad de regeneración que tengan las plantas, algo que depende del clima y el tipo de tierra, se hacen entre 2 y 15 cosechas anuales.