Por Nicoletta Batini y Miguel Segoviano
Dinamarca aspira a convertirse en uno de los países más respetuosos con el clima del mundo.
En junio, su Parlamento aprobó por abrumadora mayoría una nueva ley climática que apunta a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 70 por ciento por debajo de los niveles de 1990 para 2030, con cero emisiones netas como objetivo para 2050.
Este es un objetivo aún más ambicioso que el objetivo de la UE de reducir las emisiones en un 55 por ciento durante el mismo período de tiempo.
Un nuevo documento del personal técnico del FMI analiza más de cerca la estrategia ecológica de Dinamarca y propone algunos ajustes para ayudar al país a alcanzar sus ambiciosos objetivos.
En consonancia con las recomendaciones anteriores del FMI, el documento propone una estrategia integral con mejores precios del carbono, reforzada por incentivos fiscales en diferentes sectores.
También insta a utilizar los ingresos de la fijación de precios del carbono para reducir los impuestos laborales.
El paquete propuesto en el documento proporcionaría poderosos incentivos para la mitigación del clima, al tiempo que protegería a los hogares y empresas de los precios más altos de la energía.
Fundamentalmente, argumenta el documento, extender las medidas a diferentes sectores es una buena manera de evitar los precios del carbono que son demasiado altos, limitándolos a la mitad del nivel sugerido actualmente por el Consejo Danés para el Cambio Climático.
El costo económico de este precio más bajo del carbono sería bastante bajo, estimado en alrededor del 0.2 por ciento del PIB.
Los “feebates” (tarifas sobre productos con altas emisiones combinadas con reembolsos sobre productos con bajas emisiones) se recomiendan para los sectores con altas emisiones.
Podrían ser especialmente útiles para frenar las grandes emisiones agrícolas de Dinamarca de la enorme cantidad de animales de granja del país.
Debido a que las tarifas elevan los costos de los productores que cultivan de manera insostenible pero los recompensan a medida que pasan a la agricultura sostenible, este programa puede ofrecer una transición justa con bajas emisiones de carbono que preserva la rentabilidad y los empleos.
Al elaborar una política climática eficaz que proteja a la mayoría de las personas, la estrategia de Dinamarca para realizar grandes recortes en sus emisiones podría ser más alcanzable.
Nicoletta Batini es economista senior de la Oficina de Evaluación Independiente del FMI.
Miguel Segoviano es Jefe de Misión en Dinamarca y codirector del grupo de trabajo analítico del sector financiero del Departamento de Europa del FMI.