Por Miguel Abálsamo
El intendente Daniel Molina volvió de sus vacaciones.
reflexionó y estaría pensando antes de enero en
la decisión de cambiar los delegados de Quequén y La Dulce, preocupado por la última frustración electoral en el interior y pensando en la futura elección de delegados con posibilidad de derrotas que comienzan a inquietarlo.
¿Cómo revertir un mal trago electoral en dos lugares del interior como Quequén y La Dulce..?
Esa es la pregunta que carcome al intendente doctor Daniel Molina por estas horas.
Lo de Quequén previsible, era crónica de un final sabido, Molina nunca cumplió a Quequén, la localidad no podía cumplirle votándolo. Allí están las capas de mayor necesidad del distrito, desatendidas, engañadas en promesas, solamente tirándoles las migajas de un plebiscito por la consulta autonomista,y luego nada.
Lo de La Dulce fue un poco sorpresivo, la administración ¨molinista¨aspiraba a otra cosa. Los votos peronistas, seguidos por un sector del agro que acompañó en su tiempo al candidato a Intendente de Recrear en el año 2003, doctor Gastón F.Palma, se volcaron masivamente al joven abogado, futuro Viceministro de Trabajo,doctor Gastón Guarracino. El resultado electoral fue ,derrotas en Quequén y La Dulce para el oficialismo gobernante.
Esto se venía evidenciando, quedó cristalizado en las urnas el 28 de octubre.
Molina en sus vacaciones habrá meditado esta historia , preocupado por las circunstancias futuras del llamado a elección por el voto popular de los delegados para cuando las hojas del otoño estén cayendo en la ciudad. Allí Molina sabe que comienza a jugar la mitad de su futuro cuando deba votarse en el 2009 la renovación legislativa. Una derrota de los delegados significará un duro revés ¨molinista¨.
Ahora intentaría dos cambios, Quequén, donde el delegado Roldán cumplió más que flojísima labor, ayudado muy poco por el Departamento Ejecutivo local. Los vecinos abrumados por la falta de control en política de medio ambiente, sin apoyar la posibilidad de reapertura de la Maternidad , calles intransitables, casas del Plan Federal que se caen e infinidad de vecinos que no son escuchados..en fin…lo de mucho tiempo en Quequén y un poco más.
Los delegados de Quequén y La Dulce, Roldán y Sampayo, tienen los días contados en las delegaciones.
La pregunta es ¿ Esto sólo alcanza a resolver una situación o es maquillaje de ocasión?. Si fuese tan simple que un cambio de delegado traería los cambios necesarios la política sería simple, la podría manejar cualquier inexperto con cierto entusiasmo.
No echemos las culpas a los delegados de Quequén y La Dulce, aceptando que tal vez los señores Roldán y Sampayo elegidos por el intendente Daniel Molina no estuvieron a la altura de los tiempos, pero a la hora de la crítica apuntemos más arriba.
No confundamos. En el interior no perdieron solamente los delegados del oficialismo, cayó derrotado el jefe político.
Ahora el intendente, pretende hacernos creer que los culpables son los delegados.
¨La mejor manera de no fracasar, es buscarse una buena excusa¨, diría Jorge Luis Borges.
Frase exacta que quiere hacer propia nuestro alcalde. Aunque no podrá disimular que fracasó en el interior del distrito, por más que busque excusas acusando a los delegados que tiene hace cuatro años como inamovibles.
¿Estaremos ante un cambio de delegados para que nada cambie..?