Por Horacio Castelli y Silvia Guillot
Quizás debamos rescatar a aquellos que realzan la labor que inauguró en nuestra tierra Mariano Moreno. Otros “usan” este oficio, como medio para enriquecerse (y/o congraciarse con algunos personajes) de manera desleal y muchas veces ilegal.
Por respeto, no podemos decir Feliz día del Periodista cuando hay Medios y Empresas que han logrado doblar la vocación que seguramente en un principio llevó a mujeres y hombres de prensa a abrazar este trabajo.
Muchos de los grandes medios periodísticos nacionales (los que son afines al gobierno de turno y los que se han convertido en monopolios económicos), como los pequeños medios del interior han denigrado esta noble profesión.
Dinero/ Poder/ Influencia han reemplazado el libro de ética en la mayoría de las redacciones, estudios de TV y Radio y más recientemente en los sitios digitales.
Sin embargo, la realidad periodística del siglo XXI está teniendo una seria competencia: las redes sociales.
Con toda la imperfección que estas tienen, con la cantidad de información inexacta que se puede leer y la ausencia de rigurosidad investigativa, la gente se hace escuchar y se logra de esta manera un cierto aire descontaminado, alejado de los “profesionales” de la información.
Y justamente esta “profesionalización” del periodismo es lo que lo lleva al abismo. Dejaron de lado el hermoso oficio de informar y se convirtieron en “profesionales” de la “transmisión”.
Transmiten lo que se les ordena, con el léxico adaptado y el tono de voz que convenza, a una sociedad que es tomada como “cliente” al que hay que venderle la “realidad” que a estos grupos dominantes les interesa.
Cuando hablamos de “grupos dominantes”, no miramos solamente a los opositores, sino también a los oficialistas. Unos tienen más poder de fuego que otros, pero todos buscan imponer “su” mensaje y no informar al ciudadano.
Se quiere imponer la agenda diaria en la vida de la gente y, después, “ofrecer” ese poder a quienes quieran o puedan adquirirlo.
Por eso, hoy les deseamos un feliz día a los “verdaderos” periodistas, los que hacen de su “oficio” una forma de vida.