La curva abrupta de casos se cruzó con sanatorios llenos por atenciones programadas y se saturó el sistema porteño. Todavía faltan los contagios de Semana Santa.
El temor más grande se concretó en la Capital. El sistema de salud privado se saturó con tasas de ocupación de las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) que llegan al cien por ciento de las camas (ver gráfico).
Fue el producto de dos tendencias. Las camas estaban ocupadas con operaciones programadas y la curva casi vertical de casos no dio tiempo a desagotarlas. «Estamos suspendiendo todas las operaciones programadas pero lleva un tiempo ir sacando a los pacientes», afirmó anoche un importante directivo del sistema privado.
La directora del Pami, Luana Volnovich, fue la primera en confirmar públicamente la situación: «Me acaba de llamar mi secretario médico para informarme que no hay camas de terapia COVID para afiliados de PAMI en CABA y estamos cerca del 100% de ocupación de camas de terapia en AMBA. Estamos en un momento crítico.», posteó en Twitter.
En la primer ola de la pandemia, gracias a la cuarentena dura inicial, el sistema privado tuvo tiempo de suspender todas las intervenciones programadas y cuando escalaron los casos lo encontró desagotado, por eso no se saturó.
El sistema público de la Ciudad no enfrenta la misma situación, explicaron a LPO fuentes del gobierno porteño. Desde el inicio de la pandemia la Ciudad cuadruplicó sus camas UTI. Pasó de 150 totales a 450 para Covid y 180 para el resto de patologías y hoy está en alrededor de un 40% de ocupación en Covid, señalaron las fuentes.
En el sistema privado hay 1600 camas UTI de las cuales 700 se dedicaron a Covid. Por eso, ahora hay que esperar que se desagote el resto para ir ocupándolas con pacientes con coronavirus. Para acelerar ese proceso los privados ya están tomando medidas, como alquilar hoteles para trasladar a los pacientes estabilizados.
El impacto de la segunda ola es tan acelerado que obligó a Aerolíneas Argentinas a suspender este sábado sus operaciones en Aeroparque y regresar los vuelos de cabotaje y regionales a Ezeiza. También pegó en la industria: Toyota tuvo que suspender un turno por los contagios.
En el sistema privado pidieron al Gobierno medidas mas drásticas para frenar los contagios, en un inédito comunicado conjunto.
«Vamos a desagotar camas, pero con esta curva vamos ir siempre de atrás, habría que meter una cuarentena dura, pero difícil que la gente se la banque», se sinceró con LPO el directivo consultado, quien agregó «todavía falta que empiecen a caer todos los contagios de semana santa».