Los científicos británicos están experimentando con un nuevo fármaco que podría evitar que las personas expuestas al Covid-19 desarrollen la enfermedad.
Tal terapia con anticuerpos conferiría inmunidad inmediata y podría administrarse como tratamiento de emergencia a pacientes hospitalizados o grupos de riesgo, según los primeros reportes informó el periódico The Guardian.
El fármaco fue desarrollado por el University College London Hospital (UCLH) y AstraZeneca, la compañía farmacéutica que también, junto con la Universidad de Oxford, ha creado una vacuna que se espera que la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios británica apruebe la próxima semana.
El equipo espera que el estudio muestre que el cóctel de anticuerpos protege contra el coronavirus entre seis y 12 meses.
Si se aprueba, se administrará a cualquier persona que haya estado expuesta al Covid-19 en los ocho días anteriores y la medicina podría estar disponible entre marzo y abril.
El estudio preliminar involucra a UCLH, varios otros hospitales del Reino Unido y una red de 100 sitios en todo el mundo.
La protección inmediata que promete el medicamento, dice el periódico británico, podría jugar un papel clave en la reducción del impacto del virus hasta que todos se hayan vacunado.
“La ventaja de este medicamento es que te da anticuerpos inmediatos», explicó Catherine Houlihan, viróloga del UCLH, que dirige el estudio sobre el medicamento denominado Storm Chaser (cazador de tormentas).
“Si podemos demostrar que este tratamiento funciona y puede evitar que las personas que están expuestas al virus desarrollen la Covid-19, sería un empujón importante y un arma más de las que se están desarrollando para combatir este terrible virus“, añadió.
Esta prometedora terapia con anticuerpos conferiría inmunidad instantánea contra la enfermedad y podría administrarse como tratamiento de emergencia a los pacientes hospitalizados y a los residentes de residencias para ayudar a contener los brotes.
También se podría usar de manera preventiva en estas residencias, para asegurarse de que las persona mayores que viven en ellas no se infecten. E incluso se plantean su uso en jóvenes universitarios, grupo de población que ha sido responsable de la rápida propagación del virus debido que son el colectivo que más ha socializado durante estos meses y menos precauciones han tomado.