sábado, abril 20, 2024

Policiales y Judiciales

Denuncian que el caso de los jóvenes atropellados por un patrullero en San Nicolás fue un «crimen»

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Así calificó el hecho ocurrido el 1° de junio pasado la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que descartó la hipótesis de un accidente.

La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) denunció que los dos jóvenes que circulaban en una moto y murieron atropellados por un patrullero el 1 de junio pasado luego de una persecución en la localidad bonaerense de San Nicolás en pleno aislamiento por el coronavirus, fueron víctimas de un crimen y descartó la hipótesis del accidente.

En tanto, el fiscal de la causa, Darío Giagnorio, aguardaba el resultado de los peritajes en los vehículos involucrados en el hecho para determinar cómo fue el impacto y si se trató de un «doble homicidio culposo» en perjuicio de Ezequiel Corbalán (30) y Ulises Rial (25), tal como está caratulado el expediente hasta el momento, o, si efectivamente, hubo dolo.

«La CPM remarcó la necesidad de inscribir el hecho como un caso de violencia estatal y uso letal de la fuerza. El homicidio de los dos jóvenes no fue un accidente. Fue un homicidio doloso calificado por ser ejecutado por funcionarios policiales», sostuvo el organismo que se presentó, a través de sus abogados, como patrocinante de las familias de las dos víctimas.

De hecho, en las últimas horas, los abogados de la CPM mantuvieron un encuentro con el fiscal y el secretario del Juzgado de Garantías 1, Román Parodi.

«La persecución policial que termina con la muerte de los dos jóvenes es una muestra más de la desprofesionalización de la fuerza y la falta de racionalidad y proporcionalidad en el uso de la fuerza», afirmó la CPM, para la cual el caso fue «un claro ejemplo de ese accionar arbitrario y discrecional: el simple hecho de esquivar un control policial no puede justificar el operativo que se desplegó posteriormente y que causó este doble crimen».

El hecho se registró alrededor de las 3.30 de la madrugada del lunes 1 de junio último, cuando Corbalán y Rial iban a bordo de una moto Corven 150 cilindradas y efectivos que se desplazaban en un patrullero quisieron identificarlos ya que estaban violando el aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por el gobierno nacional.

Sin embargo, Corbalán aceleró rápidamente y comenzó un operativo cerrojo tras irradiar una alerta, pero la persecución solo duró algunas cuadras, hasta las calles Carbajo y Piaggio del barrio San Martín, de San Nicolás, en el norte de la provincia de Buenos Aires.

Según las fuentes, allí un patrullero que venía de frente chocó a la moto en la parte izquierda y ambos jóvenes, que no tenían el casco puesto, cayeron contra el asfalto.

Rial murió casi en el acto como consecuencia de las lesiones sufridas y Corbalán quedó internado en grave estado en un hospital local hasta el viernes 5 de junio que también falleció.

Por su parte, el fiscal Giagnorio, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de San Nicolás, estableció que el móvil involucrado en el hecho no tenía puestas las sirenas ni las balizas porque estaban rotas desde diciembre del año pasado y que iba a unos 20 kilómetros por hora cuando se cruzó de carril.

Sin embargo, el funcionario judicial espera para esta semana próxima una serie de peritajes accidentológicos para determinar fehacientemente la mecánica del choque.

«Mi hermano vivía en Villa Constitución (Santa Fe) y trabajaba en una cafetería, tenía un permiso para circular con el que habrá pasado para San Nicolás con su amigo», contó a Télam Brian Corbalán.

El joven relató que habían estado «tomando mate» en la casa de la madre de Rial y en la madrugada salieron en la moto, aunque no sabe por qué motivo.

«Mi hermano se quiso escapar para que no le saquen la moto, entraron en el barrio y lo interceptó el auto», dijo Brian y aseguró que «el patrullero venía con las luces apagadas».

De acuerdo a su testimonio, la moto «tuvo el choque del lado izquierdo» y consideró que «el operativo cerrojo consiste en encerrar, pero no en matar».

«Quiero aclarar que mi hermano no era ningún chorro, trabajaba, era un pibe como cualquiera que tomaba una cerveza o fumaba un ‘faso’ pero él no estaba robando ni en algo ilegal, solamente estaba incumpliendo la cuarentena», aseguró Brian y añadió: «Debían demorarlo unas horas o llevarlo hasta la casa».

Al respecto, los voceros confirmaron que los jóvenes no estaban armados y que la persecución comenzó cuando quisieron identificarlos por incumplir el aislamiento.