martes, abril 16, 2024

Castelli, Locales, Opinión

EDITORIAL: Las “verdades” según convenga

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Por Horacio Castelli

La causa mal llamada de “Los cuadernos”, debe denominarse de las “Fotocopias de Los Cuadernos”, porque no existe prueba de los originales.

Para Nelson Castro, por ejemplo, la supuesta investigación del periodista Diego Cabot, merece un reconocimiento al nivel de los patriotas de Mayo.

Mientras tanto, firma una solicitada en apoyo a Daniel Santoro, periodista que escribió un libro en base a informaciones del falso abogado, D’alessio, y no informa nada en su programa sobre la causa que lleva adelante el juez de Dolores, Alejdro Ramos Padilla.

Esta es la mirada sobre las “verdades” según convenga, con la que se manejan los que se autodenominan periodistas independientes y profesionales.

Para marcar aún más, la doble vara con la que se mide el trabajo de los periodistas, podemos citar otro echo gravísimo que tuvo como informante primario a un periodista.

Se trata de los aportantes truchos de Cambiemos en las elecciones del 2015 y 2017, que incluye a la gobernadora María Eugenia Vidal y al propio Macri.

El periodista que descubrió esta estafa legal y ética fue Juan Amorín, a quién no lo han convocado en las mismas oportunidades que a Cabot.

Es increíble que se monte una investigación judicial en base a pruebas no constatadas verídicamente.

Supuestamente, lo que allí se escribió pertenece a cuadernos reales, pero no se va a poder confirmar porque los quemaron, aparentemente.

No se puede corroborar si lo escrito fue realizado por el chofer Centeno, si es la misma letra, escrito en la época que marcan las fechas, no hay posibilidad de peritajes científicos.

Sobre esa base, y suponiendo que es verdad, se procesa y encarcela a personas que deberían estar libres hasta que se sustancie la causa.

Es vergonzoso, que se le quiten los fueros a un diputado por un pedido de prisión preventiva de un juez, mientras se le mantiene a una diputada de Cambiemos acusada de narcotraficante, que tiene pedido firme hasta de una Cámara de Apelaciones.

No se puede pensar en un estado de derecho, cuando las varas son distintas de acuerdo a que partido se pertenece.

Esto retrotrae la Argentina, a los momentos más oscuros de la falta de institucionalidad donde se decidía la suerte de las personas según el pensamiento político.

El periodismo, es un aliado y cómplice de estas barbaridades que están ocurriendo en nuestro país en los últimos años.

No todos somos iguales, y por eso, no quiero hacerme cargo del accionar de periodistas que vuelcan su pensamiento según la animosidad que tengan con determinadas personas.