Por Silvia Guillot
No voy a cantar la canción de Lerner, aunque podría. Sólo es una expresión que estoy escuchando muy seguido y que sólo está suavizada por la llegada de tiempos soleados… hablo del clima de esta época del año.
En tiempos difíciles si no nos aferramos a algo quedamos completamente a la deriva, y eso no está bueno.
Aquel que no posee en su ADN la capacidad de resiliencia o de proyectar en medio de la inestabilidad pierde las esperanzas.
Me preocupan los pequeños ojos tristes, las «voces nuevas’ que nos toman como ejemplo.