viernes, marzo 29, 2024

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Correa revela un «complot y persecución»

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El ex presidente ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017), dijo hoy a ANSA que «me quieren muerto, preso o sin poder volver a mi país» dentro de un complot de «persecución política» en el que «todos mis enemigos políticos manejan la justicia».

Correa estudia la posibilidad de pedir asilo político en Bélgica, donde reside desde hace un año, aunque no es la única opción, en caso de que la justicia ecuatoriana dicte prisión preventiva contra él.

Mientras, quien pidió asilo político en España fue Pablo Romero Quezada, ex titular de la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain) de Ecuador, reveló Correa. Quezada, que vive hace un año en España, fue detenido en Madrid el domingo pasado y el lunes un juez español le concedió la libertad provisional.

El juez le prohibió la salida del territorio nacional sin previa autorización, le retiró el pasaporte y le obligó a comparecer cada día ante un juez. La detención de Quezada fue solicitada por Ecuador a través de Interpol por su participación en el presunto secuestro del ex legislador Fernando Balda, en Colombia, en 2012. Correa denunció que hubo un «complot con falsos testimonios» para imputar a Quezada en este caso. El ex mandatario no cree que en Europa «prosperara una orden de extradición» contra él dictada por la justicia de su país.

La juez de Ecuador Daniella Camacho resolvió el pasado lunes que Correa deberá presentarse cada 15 días, a partir del 2 de julio, ante el tribunal ecuatoriano tras ser vinculado al supuesto secuestro de Balda. «Me ponen imposibles y entonces me pondrán la prisión preventiva», apuntó Correa, que niega su participación en el presunto secuestro. «Me quieren muerto, pues me han suspendido la seguridad, preso o sin poder volver a mi país. Es una persecución política.

Tienen terror de que vuelva a la política porque saben que ganaríamos», dijo Correa durante su viaje a Madrid, donde participó en un acto en la Universidad Complutense.

El caso del supuesto secuestro de Balda es el primero por el que se procesa a Correa después de haber sido llamado a comparecer en otros cuatro casos.

«Todos mis enemigos políticos manejan la justicia. ¿Qué juez se va a atrever a actuar en derecho?», se pregunta. El contralor, dice, «es un impostor que lo mantienen para que persiga a todos los enemigos políticos» y «el fiscal es ilegítimo con la consigna de meterme preso».

Correa pide un nombramiento constitucional de estos cargos, ya que actualmente «estamos fuera del Estado de Derecho; no hay democracia».

El ex presidente denuncia una «infiltración de la CIA en el sistema judicial» de Ecuador dentro de «una estrategia regional» en la que encuentra paralelismos de su situación con la del ex presidente brasileño Lula da Silva. «No nos pueden vencer en las urnas y su estrategia es acabar con la reputación de los líderes de izquierda inventando casos de corrupción, que desmoralizan a la gente, para acabar con ellos y sus obras», añade. La derecha, subraya, «busca exterminar a la izquierda. No van a permitir que haya otro cambio histórico como el que hubo entre 2002 y 2014».

Correa se muestra confiado en que «pronto cambiará la situación política en Ecuador. La gente ya está reaccionando a la vuelta a las políticas neoliberales del pasado. Hay un hartazgo por la pérdida de empleo y cero obras».

Además, dice, «los corruptos son ellos, que no nos den clases de moral». (ANSA).