Una situación crítica se vive ante la posibilidad de que fragmentos de la estación espacial china Tiangong 1 golpeen zonas pobladas de la tierra, como Los Ángeles, Nueva York, Río de Janeiro, Madrid, Roma, Nueva Dehli, Sydney, Hong Kong y Tokio. Lo reveló hoy Tommaso Sgobba, director de la asociación internacional para la seguridad espacial International Association for The Advancement of Space Safety.
Se esperaban cálculos que permitan excluir las primeras áreas y restringir el círculo de la zona de riesgo. Por el momento, sigue estando involucrada una amplia zona que, además del centro-sur de Italia, incluye gran parte de Sudamérica y parte de América en el centro y en el Norte, así como África, el sur de Asia, Oceanía y los océanos.
La estación espacial china Tiangong 1 está bajando a un ritmo de 10 kilómetros al día y las previsiones más recientes, difundidas por el Joint Space Operations Center (JSpOC) del Comando Estratégico de Estados Unidos, indican ahora la noche del primero de abril con una incertidumbre de unas 12 horas.
El período más probable para el regreso de la Tiangong 1 a la atmósfera se estima entre las 11.29 UTC (tiempo universal coordinado), y las 7:29 UTC.
La estación espacial china Tiangong 1 está «cayendo» hacia la Tierra, girando y oscilando de forma irregular, tanto para hacer retrasar por algunas horas las previsiones para el regreso, que, sin embargo, siguen enfocadas para el primero de abril.
«La estación Tiangong1 sigue girando de modo irregular, dijo Claudio Portelli, de la oficia Space Situational Awareness, de la Agencia Espacial Italiana (ASI).
Tiangong 1, o sea el «Palacio celeste» que fue la primera estación espacial china, se encuentra ahora a unos 190 kilómetros de la tierra y el impacto en la atmósfera debería suceder cuando el vehículo está a una altura de 120 kilómetros. «Será difícil situar ese momento con los radares -dijo Portelli- y, desde entonces, quedarán 45 minutos para calcular el punto en el que tendrá lugar el regreso».
La Tiangong1 es una suerte de cilindro de unos 10,5 metros, tiene un diámetro de alrededor de tres metros y dos paneles solares de dimensiones de siete metros por tres. En el momento del lanzamiento pesaba ocho toneladas y media.
Aún tiene a bordo 3,5 toneladas de combustible.
No se encuentra entre las naves espaciales más grandes, respeto de otras que, en el pasado, tuvieron el mismo destino. Sí es seguro que en el impacto con la atmósfera se desmoronará, y es posible que algunos fragmentos puedan llegar a la tierra, por ejemplo aquellos construido con materiales más robustos como el titanio.
Por el momento, es imposible de prever dónde podrá suceder la caída de esos objetos. La zona de riesgo incluye entre 43 grados de latitud Sur y 43 grados de latitud Norte «Es la primera vez que el regreso de un vehículo el espacio en una caída incontrolada se sigue de un modo así tan organizado», señaló Ettore Perozzi, de ASI. Perozzi se refirió a la red que reúne al menos 15 agencias espacio y centros de investigación que siguen constantemente la estación espacial china, con telescopios ópticos y radares, lo que permite simulaciones y cálculos continuos, cada vez más precisos. (ANSA).