jueves, marzo 28, 2024

Internacionales

EL MUNDO: Cobayos humanos para gases tóxicos

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La toxicidad de los gases emitidos por los autos diésel de tres colosos automotrices alemanes fueron probados en cobayos humanos, en un escándalo de alcance nacional que algunos medios consideran una nueva derivación del caso bautizado como «dieselgate».

El caso lo revelaron el Sueddeutsche Zeitung y el Stuttgarter Zeitung, precisando elementos sobre las pruebas realizadas para las firmas Volkswagen, Daimler y BMW.

Según los diarios citados, la Sociedad de Investigaciones europea para el Ambiente y la Salud en los Transporte, fundada por las tres empresas automotrices, promovió un «breve estudio de inhalación con óxido de nitrógeno en personas sanas».

«Veinticinco personas fueron sometidas a controles en la clínica universitaria de Aquisgrana después de respirar durante varias horas, y en diversas concentraciones, dióxido de nitrógeno», según los medios.

De acuerdo al informe de la misma sociedad de investigaciones, que promovió los experimentos y que fue citada por los diarios, las emisiones de gas no revelaron efectos en los pacientes.

La sociedad fue disuelta en 2017, pero el malestar parece avivarse ahora con las revelaciones de la prensa.

En abril de 2016 había estallado el «dieselgate», el escándalo de los motores trucados de la firma Volkswagen para eludir leyes de control de emisiones, que terminó implicando al menos a otras 15 firmas.

Respecto de los ensayos con humanos la propia canciller Angela Merkel se unió a la indignación general y condenó «ciertas prácticas éticamente injustificables», a través de su vocero Steffen Seibert.

«La indignación de tantas personas es absolutamente comprensible. Estas pruebas en animales e incluso ahora en humanos no tienen justificación alguna en el plano ético», dijo el portavoz de la canciller.

Seibert pidió «el fin» de estas experimentaciones, pues «la industria del automóvil debería limitar las emisiones, no probar la inocuidad».

Al pedido de aclaraciones de Merkel y de los directivos de las propias automotrices involucradas, la Universidad de Aquisgrana respondió defendiendo el estudio desarrollado en sus instalaciones.

La investigación fue concebida «para tutela de los trabajadores de las fábricas» y obtuvo «la aprobación del comité ético del ateneo».

Los sujetos participantes fueron sometidos «a una concentración de gas muy inferior respecto de la existente en sus lugares de trabajo», declaró la universidad.

Una respuesta que al menos borra las dudas de que la industria nacional promovió el estudio, para quedar exonerada del tema de la manipulación de emisiones contaminantes.

Daimler tomó pronta distancia, al afirmar «no haber incidido de ninguna manera en el test» y querer abrir una investigación para entender «cómo se pudo arribar a esto».

«Los test son contrarios a los valores de nuestro grupo», afirmaron.

También BMW afirmó ser totalmente ajena al escándalo. Posición que al igual que Daimler habían asumido en el caso antes denunciado de simios encerrados en vitrinas durante horas para ser expuestos a emisiones de escapes.

En cambio Volkswagen, que en aquel caso se excusó en principio definiendo el método como «un error de algunos», hoy habló por medio de Dieter Poetsch, presidente de su Consejo de Supervisión, el cual definió los test sobre animales «del todo inaceptables».

«En nombre de todo el Consejo de Supervisión tomó distancia con todas las fuerzas de prácticas de este tipo. Haré todo lo posible para que se realice una investigación completa y el que tenga responsabilidades deberá responder por ellas», dijo Poetsch.

Para la Organización Mundial de la Salud, el dióxido de nitrógeno produce efectos nocivos para la salud si resulta inhalado en niveles superiores a 2 partes por millón (ppm).

Las emisiones de diésel forman parte del grupo 1 de sustancias cancerígenas, según un informe del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), agencia de Naciones Unidas, publicado en junio de 2012.(ANSA).