jueves, abril 18, 2024

Locales, Opinión

OPINIÓN: ¿El comienzo del fin?

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Por Miguel Abálsamo

Un dirigente puede tomar las medidas que crea conveniente en el momento que lo crea, lo que si deberá atenerse a las consecuencias que esas decisiones traigan.

Dudo que el presidente del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, doctor Martín Caraffo haya evaluado racionalmente su actitud de llamar a un escribano a dependencias portuarias, citar a dos empleados, una que percibe 4.500 pesos mensuales y a otro con un cargo más elevado pero que no suma 10.000 pesos, para tomar la determinación de despedirlos.

Tal vez el doctor Caraffo, habituado a lo privado (abogado de la Terminal Quequén), donde las determinaciones traen costos para las empresas o juicios muy extensos, no midió el lugar público que ostenta, con todos los avatares políticos, sindicales, empresariales, y entramado de intereses e ideologías, incluso obviando al propio gobernador bonaerense, Daniel Scioli, quien en definitiva, en lo más alto del escalafón, es quien tiene la responsabilidad de sacar o colocar un presidente de un Consorcio. El máximo responsable.

Como era de esperar la reacción prontamente  se hizo sentir, tanto gremial, política, de acompañamiento interno de los demás empleados, de la propia gobernación de Buenos Aires, y también de una sociedad que vio rápidamente la injusticia y la politización de la situación, y aunque no la entienda en todos sus conceptos huele que algo que no esta bien.

A  pocos días de asumir, el doctor Martín Caraffo, tal vez por inexperiencia o por convicciones que trae de su historia, se compro un problema, que resulte el final que resulte lo terminará  debilitando,  la debilidad deja paso a un aislamiento y el aislamiento paso al alejamiento.

Lo peor no es cometer un error sino tratar de justificarlo.

Caraffo argumento conceptos sin solidez.

«Tengo que hacer un plan de austeridad porque estamos con dificultades económicas y no tenemos dinero para el dragado».

Los errores de argumentación hay que aprovecharlos como un aviso de nuestra ligereza de decisiones o a veces la ignorancia de la telaraña que envuelve toda la una actividad portuaria.

Echar dos trabajadores (se piensa en otros), que suman en todo concepto 15.000 pesos mensuales, no hace a la problemática de un dragado que cuesta millones de dólares, o no abonar pautas publicitarias del mes de noviembre a diversos medios periodísticos locales, grandes o chicos, no importa su dimensión, serían significados de ahorros que perfilen un mejoramiento económico en la faz portuaria.

Máxime cuando se contratan una secretaria  particular del doctor Caraffo y un asesor, el señor Carlos Díaz, quienes perciben diez mil pesos mensuales la primera y 20.000 mensuales el segundo.

Aclaró que no estoy en contra de la actividad laboral ejercida por ambos y tal vez gocen de la confianza del señor presidente, pero la lógica indica que los gastos siguen siendo los mismos y solamente encontramos en la decisión de Caraffo un acto político con cierta discriminación ideológica, que queda mostrado claramente ante el espejo ciudadano.

El hombre que comete un error y no lo corrige esta cometiendo otro mayor.

Martín Caraffo redobló apuesta  haciendo saber que habría más despidos, cuando el puerto estaba en cese de actividades, los gremios se movilizaban, el SOMU, Sindicato de Obreros Marítimos Unidos, que tiene al secretario general, Tomás Martínez en el directorio, anunciaba a quien escribe, el viernes al mediodía que el gremio decretaría un paro de actividades a nivel nacional, al mismo tiempo que el gobernador Daniel Scioli dialogaba telefónicamente en más de una oportunidad con el dirigente nacional necochense Roberto Porcaro interiorizándose con pormenores de la grave situación, preocupado porque un puerto tranquilo, había pasado a ser noticias de caos en medios provinciales y nacionales, afectando al propio Scioli.

Caraffo cometió un error y otro mayor, no reincorporar inmediatamente a los dos trabajadores despedidos, dejar aquel concepto de que «habrán otros en la lista» y desconocer la «recomendación» del propio gobernador, para que volviera rápidamente la tranquilidad a Puerto Quequén.

Hubo un sinnúmero de errores….

Hubo carencia de racionalidad….

Hubo dejadez de pensamiento…

Hubo falta de coherencia……….

Hubo un dardo destinado al pasado reciente…

Hubo de dejo de soberbia, sin comprender lo que se venía.

Terminó siendo un «bumeran»  para la presidencia, que cualquier sea el final quedó lastimada a poco de andar.

Si el doctor Martín Caraffo reincorpora en un acto de sensatez y humanidad a los dos trabajadores despedidos, lucirá como un hombre que se equivocó y que indudablemente carece de poder para tomar pequeñas o grandes decisiones.

Si el doctor Martín Caraffo no reincorpora a los dos trabajadores y termina jugando apuesta fuerte a todo o nada, puede significarle el comienzo del fin.

Cualquiera sea el resultado de las próximas horas nada será igual para el presidente, que en pocos días quedó desgastado.

Se puede ser un buen técnico profesional, una honesta persona, una capaz persona en la faz individual, pero para ocupar lugares estratégicos donde se conjugan tantos intereses y la política esta en el medio, se debe tener una visión diferente, es como cualquier amigo de barrio sin tanta visión intelectual definiría como…» falta barrio…». Así de simple.

Confundir lo privado con lo público, lo individual con lo colectivo  suele ser terminal cuando uno esta al frente de instituciones de este tipo.

A esa hora que Caraffo vivía sus momentos más complicados, e incluso algunos aventuraban su renuncia, el  Subsecretario de Pesca de la Nación, señor Bustamante llegaba  a la casa de Roberto Porcaro para almorzar juntos, en ocasión de su visita a la ciudad de Necochea donde se había reunido con el intendente interino José L. Vidal y el arco político, empresarial local para hablar concretamente de la reactivación de la vuelta de las lanchas amarillas a nuestro puerto, hoy sólo hay doce, donde de regresar de otros lugares darían cerca de 700 puestos de trabajo en forma inmediata.

Todo esto pasaba el viernes en la ciudad.

Caraffo llegó al Consorcio por un acuerdo con la   firma multinacional Cargill a nivel provincial, según fuentes de mi información, quedando de lado a la hora de nominar reemplazo del doctor José Luis De Gregorio, los nombres del ingeniero  Mario Goycoechea, postulado por el intendente interino Vidal y tachado en la gobernación Scioli, el nombre del «sciolista», licenciado Ricardo Calcabrini, quien apareció en escena con posibilidades, y no fue respaldado desde el municipio local.

Del trío finalmente resultó elegido el actual presidente, con acuerdos que sobrepasaron la coyuntura política-partidaria.

El amague intra muros comentado  a algunos periodistas sobre la posibilidad de que Martín Caraffo realice una conferencia de prensa en la semana que se inicia, donde resalte la confección de una auditoría interna con los números del Consorcio en los últimos años, incluyendo administraciones del arquitecto Ernesto Costanzo y doctor José Luis de Gregorio, tendría una marcha atrás en las últimas horas, ya que cayó muy mal en la gobernación Scioli, el ventilar asuntos internos, que serviría de comidilla a sectores políticos enfrentados al gobernador, quien en definitiva es el responsable de la designación de los jefes portuarios.

Aquel concepto de «tráiganme  soluciones a los problemas», parece darse contra la pared en estos momentos donde desde la presidencia del Consorcio parece aportar más problemas a las soluciones.

La pregunta es… ¿cuál será el final ?..

Y la otra es preguntarnos sobre la reacción de un dirigente sindical clave en todo el distrito y a nivel nacional como Gerónimo Venegas.

Recientemente en el solucionado conflicto de Cargill-Aceiteros, en conferencia de prensa resaltaron la figura de «Momo» en el acuerdo logrado, en mesa redonda donde estaba el titular de la CGT Regional Necochea, hombre de Uatre, Mario Lastra, el responsable del Sindicato de Fleteros, Mario Coste, el doctor Jorge Martínez de la Secretaría de Trabajo de nuestro medio, los aceiteros Scott y Dentis, junto al doctor Martín Caraffo presidente del Consorcio.

Venegas es un hombre de nunca sacarle el pecho a las balas y jugar opiniones  sin cortapisas.

Es importante conocer su posición en referencia al despido de dos trabajadores del puerto, y con posibilidades de que otros sigan misma suerte.

La otra pregunta a hacernos es… «es el comienzo del fin de Martín Caraffo».

Nadie puede aseverar la respuesta final.

Cierto es que enfrente tiene el mundo sindical del distrito, sectores políticos, los propios componentes del Consorcio, una parte de la sociedad que no entiende estas determinaciones y un hombre clave que se toma tiempo para definiciones pero las termina tomando… el gobernador bonaerense Daniel Scioli, que quiere paz portuaria, no levantar oleajes peligrosos y menos que estas noticias que lo afectan tomen estado público en los medios nacionales afectando su imagen presidencial.

Martín Caraffo es un engranaje más de una complicada ingeniería.

Seguramente a la hora de poner en marcha esa ingeniería y que cada pieza funcione correctamente en la maquinaría, nadie dudaría en cambiar un engranaje.

Error cometemos todos en nuestras vidas, pero el más grande es el  que  termina perjudicándonos.

One thought on “OPINIÓN: ¿El comienzo del fin?

  1. Me gustaria leer que opina el Sr. Abalsamo sobre el trabajo esclavo de Misiones. Es el gremio de su dirigente estrella, Uatre, de Gerónimo Venegas. Si tienen hidalguía , dignidad, y sensibilidad supongo que lo estará haciendo

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