Por Claudia Herrera Pahl
A partir del motor de un Volkswagen se desarrolló un motor que podría revolucionar la manera en que se genera electricidad para los hogares. Se trata de “minicentrales” eléctricas y se pondrán a prueba en 2010.
Para Volkswagen se trata de un negocio marginal; pero para el proveedor de electricidad hamburgués Lichtblick, de una auténtica revolución: el 9 de septiembre fue presentada la “central eléctrica para el hogar”, un artefacto creado a partir de un motor de automóvil modificado y activado con gas natural. Un generador conectado a ese motor genera electricidad que luego fluye hacia la red pública de energía eléctrica. A su vez, el calor producido por el motor puede ser usado para calentar el hogar.
Con ello se alcanzan dos objetivos, uno privado y otro de beneficio comunitario. Y es que, según los voceros de Lichtblick, 100.000 unidades de estas minicentrales eléctricas –bautizadas en alemán con el nombre de Blockheizkraftwerke (BHKW)– tienen la capacidad de sustituir a dos centrales atómicas. Considerando que la seguridad de las plantas nucleares vuelve a ser percibida con escepticismo, el momento parece ideal para el anuncio hecho por Volkswagen y Lichtblick: ambas empresas han firmado un contrato de exclusividad para la construcción y el mercadeo de esta innovación.
Energía y calor para miles de hogares
Silenciosas como un refrigerador; así son descritas estas minicentrales. Sus productores aseguran que nadie debe temerle a la posibilidad de que la paz del hogar se vea alterada por ruidos molestos o extraños temblores. “Nosotros fabricamos las primeras BHKW para calentar las zonas en donde se bañan los trabajadores. Allí instalamos mecanismos para almacenar el calor de tal forma que, cuando los empleados se duchen, siempre haya suficiente agua caliente disponible”, explica Otto Bode de la sede de Volkswagen en Salzgitter.
En esa sucursal se fabrican motores para automóviles y también para estas minicentrales eléctricas. Con su 1,80 metros de estatura, estas BHKW están en funcionamiento allí desde hace un año. La empresa Lichtblick tiene como meta instalar 100.000 de ellas en Alemania para abastecer de energía y calor a miles de casas unifamiliares.
Una propuesta económica
“Estas BHKW se instalan en los sótanos en combinación con un mecanismo para almacenar el calor; este mecanismo se encarga de que la gente disponga de agua caliente todo el día aunque el aparato sólo funcione una hora al día. Los habitantes de las casas o los edificios se sentirán como si el calentador de agua estuviera encendido; el cliente no notará la diferencia”, explica Rudolf Krebs, director del área de negocios Motor en Volkswagen.
El dueño de la edificación hará un pago único de cinco mil euros por el alquiler del servicio y se ahorrará de esa manera los costos elevados que supone un sistema de calefacción propio. Además, cada cliente pagará exclusivamente por la cantidad de calor que consumió. El proveedor de electricidad Lichtblick envía la energía eléctrica producida por el aparato a la red pública de electricidad.
Beneficios para los consumidores
“El concepto de Lichtblick consiste en que sólo se producirá electricidad cuando ésta sea necesitada. En otras palabras, cuando no brille el sol o cuando el viento no sople, se tendrá a disposición una fuente de energía adicional que puede ser encendida en cuestión de segundos. Cuando miles de estas minicentrales se distribuyan en los sótanos alemanes se podrá generar una cantidad de energía eléctrica relativamente grande”, anticipa Krebs.
Según Lichtblick, la energía eléctrica producida por las BHKW sólo irá a parar a la red pública en momentos específicos, cuando la energía sea más cara. Para ello, las minicentrales serán activadas desde la oficina central de la empresa vía Internet o radio, sin que el dueño de casa tenga que hacer nada. El cliente recibirá a cambio un bono de 0,5 céntimos de euro por kilovatio-hora y 5 euros mensuales por poner a disposición el cuarto de calefacción.
Aprovechando la energía al máximo
“Miles de estas pequeñas centrales de electricidad ofrecen una potencia comparable con la de una o dos centrales eléctricas, nucleares o de carbón”, agrega Krebs. Las centrales eléctricas tradicionales se libran de su calor residual a través de chimeneas, como si de desechos se tratara. En cambio, “EcoBlue” (el nombre que se le ha dado a las minicentrales que generan 20 kilovatios) utilizan ambas cosas –la energía y el calor– y alcanza así una efectividad del 94 por ciento. Eso significa que el 94 por ciento de la energía concentrada en el gas natural es aprovechada y eso es beneficioso para el medio ambiente. El proyecto empezará en la primavera de 2010 en Hamburgo, ciudad en donde Lichtblick tiene su sede. (DW)