viernes, octubre 04, 2024

Internacionales

Lo que dejó el Foro Social Mundial (FSM). Un nuevo norte para las relaciones Sur-Sur

Sharing is caring!

delegacion_cta_fsm
Delegación de la CTA ante el Foro

Por Inés Barboza*.

En el panel confluyeron representantes sindicales de Brasil, Corea, Sudáfrica y Argentina, que coincidieron en que la crisis internacional nos obliga a estar atentos a la ofensiva del desempleo por parte de los países ricos y, a la vez, aprovechar la oportunidad de unirnos hacia un orden internacional en el que seamos protagonistas.

En el marco de las actividades del Foro Social Mundial -que se realizó en la ciudad brasilera de Belén, entre el 27 de enero y el 1º de febrero- se desarrolló el panel «Desafíos de las Relaciones Sur-Sur en este comienzo de siglo», en el que participaron Joao Felicio, presidente de la Central Unica de Trabajadores de Brasil (CUT); Lee Changgeun, director del Departamento de Relaciones Internacionales de la Confederación Sindical Coreana (KCTU); Bheki Ntshalinsthali, secretario Adjunto del Congreso de Centrales Sidicales de Sudáfrica (COSATU); y Adolfo Aguirre, secretario de Relaciones Internacionales de la CTA.

En el panel, los representantes sindicales debatieron sobre las posibilidades y desafíos que se abren para los países del Sur a partir de la actual crisis internacional. Se acordó caminar hacia la conformación de una Red de Organizaciones Sindicales del Sur que se reunirá el próximo año. En relación a la ofensiva de los países centrales que vuelcan los efectos de la crisis en los países emergentes, coincidieron en que hay que frenar la ola de despidos y usar todas las herramientas posibles, fundamentalmente aprovechar el punto de encuentro que significa la Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Américas (CSA) y la Confederación Sindical Internacional (CSI), para actuar de manera conjunta para que la crisis no se traduzca en una profundización de la pobreza y la desigualdad en nuestros pueblos en el marco del mantenimiento del statu quo.

La decisión de los Estados del Sur de no seguir aceptando recetas y condiciones políticas y económicas que socaven sus soberanías, abre un debate acerca de cómo encarar un esquema en el que pueda desarrollarse una política de comunión entre los intereses económicos pero también sociales y culturales de los países del Sur. Es decir, se trata de una oportunidad para protagonizar los foros mundiales y las distintas instancias de discusión y negociación internacional, a fin de plantear una nueva perspectiva que permita torcer el curso de la globalización e ir hacia un orden internacional favorable a nuestros trabajadores y, en definitiva, a nuestros pueblos. Fue otras de las conclusiones del panel

Más allá de que puedan encontrarse antecedentes en la cooperación Sur-Sur desde mediados del siglo pasado, a partir de las experiencias de descolonialización (en 1955 en Bandung, una ciudad al Oeste de la isla de Java -Indonesia-, delegaciones de treinta países de reciente descolonización, se reunieron para mostrarle al mundo el fin de la era colonial) y, luego, con el surgimiento del Movimiento de los Países no Alineados que significaron un espacio de diálogo durante los enfrentamientos de la Guerra Fría, existe un paréntesis desde 1980 hasta fines del siglo XX en que ese proceso quedó en suspenso.

«Pero como todo vuelve, veinte años después tenemos la oportunidad de establecer una dinámica de alianzas y cooperación Sur-Sur. Según datos del 2006 del Banco Mundial, el comercio Sur-Sur ha aumentado espectacularmente en los últimos diez años: de 222 millones en 1995 a 562 millones en 2004. Esta tendencia se ve profundizada: entre 2000 y 2004, el comercio Sur-Sur creció a una tasa anual de 17,6%, notoriamente mayor que el 12,6% del correspondiente al comercio Sur-Norte y 9,7% de Norte-Sur», detalló Aguirre.

Los oradores del panel recordaron, sin embargo, que este flujo se concentra en un pequeño número de países. En 2003, el comercio las economías de Asia oriental representó casi dos tercios del comercio Sur-Sur, mientras que los países de África y Oriente Medio personificaron solo un pequeñísimo porcentaje. Los dirigentes consideraron que por lo tanto es fundamental trabajar en estas asimetrías para que todos los países del Sur puedan beneficiarse a partir del hecho de que la proporción de comercio Sur-Sur en las exportaciones de los países en desarrollo ha aumentado entre 1990 y 2003: del 29% al 41% en Latinoamérica, del 34% al 38% en Asia y del 26% al 39% en África.

El fracaso del ALCA se debió tanto a la negativa de los países del Mercosur a incorporarse a un proyecto desequilibrado y asimétrico a favor de los gigantes de América del Norte, en particular en cuanto a los subsidios agrícolas, como a la dinámica impulsada por la diplomacia de Venezuela con la «Cumbre de los pueblos» que vehiculizó el incipiente antiimperialismo de los pueblos de la región y su extremo rechazo a la administración Bush, volviendo absolutamente ilegítima la posibilidad de adherir a sus políticas librecambistas.

En definitiva, la capacidad de los países en desarrollo para formar alianzas estratégicas en el ámbito internacional es prometedora pero no se deben subestimar las posibilidades de las potencias hegemónicas para contrarrestar este fenómeno. Dicho en otras palabras, «el enemigo también está jugando». «Tampoco podemos perder de vista las enormes asimetrías entre los países en desarrollo y, por último, las dificultades en política interna de dichos países, en donde los gobiernos respaldados por la legitimidad popular, apuestan a este proceso de cambio pero condicionados por una oposición más o menos articulada que lo detracta», amplió el titular de Internacionales de la CTA.

En este sentido, es fundamental la formación de coaliciones nacionales sociales y políticas para el desarrollo de estrategias orientadas a la redistribución de la riqueza y las necesidades de los pueblos, capaces de contrarrestar la influencia de las élites que se benefician, embanderados en el librecambio, de la estrategia neoliberal aplicada sobre el mercado mundial, coincidieron los dirigentes sindicales de la CUT, KCTU, COSATU y la CTA.

*Equipo de Comunicación de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA.