jueves, diciembre 26, 2024

Opinión

OPINIÓN: El juego, por mandato no es juego.

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Niños jugando (Foto cuentosparadormir.com)

Por Raúl Oscar Martínez:

El próximo viernes 26 de Septiembre según calendario de la Dirección General de Cultura y Educación es el día de los Derechos del Niño y el Adolescente (Ley 23.849), por lo que hay que “sensibilizar y difundir desde la escuela hacia la comunidad todo lo relacionado con los derechos del niño y el adolescente.

Según el diccionario se entiende por derecho (lat. Directum), conjunto de las leyes y disposiciones que determinan las relaciones sociales desde el punto de vista de las personas y de la propiedad.

En el libro “Prevención de Cuerpos”, los cuidados del cuerpo y la responsabilidad civil en el capítulo 8 (patios seguros) escribí algunos conceptos sobre los patios de las escuelas y el juego que quisiera compartir con ustedes. Hablar de los juegos en las reformas educativas es hablar de demandas históricas sobre los patios seguros, para que estos sean algo más que un banco y una silla de aula cerrada. Probablemente no esté todavía claro en la mente de muchos el ordenamiento escolar, el organismo arquitectónico llamado escuela.[1]

Es posible que algún día la concepción actual del patio del juego en la escuela y la seguridad sean prioridad. El capitalismo de consumo está a la orden del día, regulando las actividades de ocio y consumo, creando necesidades que se acoplen a los productos que están interesados en vender, transformarlo, etc.

Espero compartir con ustedes estas inquietudes y contribuir para que podamos construir y dar seguridad a los patios que son tan importantes, que son en la escuela el lugar del juego del alumno matriculado. Las escuelas deben propiciar debates y reflexiones cotidianas por el bien de nuestros alumnos y la sociedad en su conjunto.

El juego en los niños en el patio es un escenario de problemáticas diversas y escasa investigación. Los trabajos sobre el patio escolar fundamentalmente han sido realizados desde disciplinas consolidadas como lo son la sociología, antropología, psicología, arquitectura, entre otras. Pareciera que la preocupación de los espacios escolares se limitara casi siempre a círculos profesionales directamente involucrados en las dependencias que tienen a su cargo la construcción de los edificios.

Observar a los niños manifiesta (Víctor Pavía) en el patio durante el recreo o cuando juegan invita a distintas problemáticas pero quién se anima a discutir que “el patio es más público que la escuela pública”. Seguramente a los profesores de educación física nos identifican con el patio en las escuelas y es donde pasamos gran parte de la vida profesional y por lo tanto lo conocemos.

En el patio se comparten miradas, ese patio es un lugar ocupado por cuerpos, un espacio interior de un espacio más amplio que es la escuela. Seguramente recordar hechos del pasado nos remonta a los juegos tradicionales practicados por cada uno de nosotros en la escuela. Si el juego tiene historia, en su origen todos los juegos tendrían entonces una clara relación con los acontecimientos y prácticas habituales. Entre los hombres primitivos y las sociedades antiguas, los ritos, los tabúes y las ofrendas también estaban los valores y las formas de culto relacionadas con las diferentes épocas de cada año, con los fenómenos atmosféricos o con que los hombres cumplan cierta edad, entre otros aspectos de la vida.

Ceremonias de todo tipo celebradas para realizar juegos excepcionales de los miembros de una sociedad y ritos de iniciación marcaban el paso de unas edades a otras, con el consiguiente cambio en las responsabilidades sociales exigibles. El juego asociado a las prácticas festivas y es de interés recordar que todo juego es una actividad libre. El juego por mandato no es juego. Es importante considerar que el hombre solo es completo cuando juega, corresponde al ámbito de la imaginación, y sin jugar con la fantasía le falta el gusto al juego. El juego se mueve en el ámbito de la fantasía.

¿Cómo juegan los niños?, a pesar de ser un derecho. Entre la norma y la ley, está la necesidad de jugar de los niños, satisfacción, libertad, sensaciones diversas, entendiendo que no se debe perder la capacidad de entender el juego como inversión. Los acuerdos, la fantasía, como lo que es real en los juegos. Pasan los días, pasa el tiempo, pasamos nosotros, la vida no es lo que pasa decía Jaime Barylko, y eso que pasa son minutos, segundos, tiempo. Con el patio, con el juego detengamos un instante la marcha de la planificación, del ganarle a los demás y reflexionemos sobre el juego que hoy desarrollan nuestros niños.

El juego es parte de lo lúdico y es un modo, acción que expresa la representación que el sujeto tiene de ella. En el patio el juego es verdad o mentira y el modo no siempre está presente como formato del juego. El modo esta emparentado por la aptitud. El muy justificable dedicar ese tiempo y esfuerzo en el patio escolar que todos pensamos y deseamos tener como también es interesante replanteárselo desde la perspectiva del derecho de jugar.

Si el juego es un modo la forma permite mantener los límites previsibles que lo atrajo a la didáctica, los modos quizás es quizás lo que menos se enseña, es decir, decidir, acción y modo de hacer esa acción. Hay restricciones en el patio y no se caracteriza por ser también una libertad supervisada con una dinámica cronometrada sin perder un minuto más para el juego.

A menudo se presenta el juego en los niños en algo que iniciaron en el recreo y en el toque de campana o timbre siguen jugando y tardan en regresar a las aulas. Escuela deriva de Skholé, término griego clásico muy próximo al otium latino. Desde la etimología, la escuela puede ser interpretada como un espacio de ocio y por extensión, de recreo. El concepto de ocio entre los ciudadanos de Grecia antigua no es asimétrico con el actual, también ocurre con el concepto de la vida escolar.

Entre la pausa de vida escolar y los procesos de escolarización contemporánea ha y más diferencias que semejanzas. Dentro del contexto escolar aparece el patio donde desarrollamos los juegos con los alumnos y la escuela tiene esos espacios para el descanso y el esparcimiento.

¿A que invitan los patios hoy?

Rediseñar los mismos y mejorarlos puede ser una iniciativa muy importante, adecuando el mismo al contexto, hay que desnaturalizar los discursos, estar con otros, encontrarse con otros, no solamente en educación. Al escenario hay que prepararlo y no se si hoy se lo piensa como lugar de permanencia para que se queden después. Hay que diseñarlos para el futuro pensando en un lugar seguro para esos juegos.

Al espacio situado lo llamamos sitio, por ejemplo el ubicado en determinado terreno. Quién no recuerda el sitio de aquel juego de la infancia que tanto jugábamos con nuestros compañeros de la escuela. En el espacio racionalizado, delimitado, por ejemplo por el color, pasto, árboles, alambrado, denominado sector. El espacio productivo se denomina territorio y eso pertenece al mercado.

Defender esos espacios donde el juego es un derecho para todos los niños es fundamental, el derecho a jugar no es nuevo y debemos recordar ante todo que los niños son la base del futuro del mundo. Volver a mirar los patios olvidados es una tarea pendiente con revoluciones e ideas renovadoras para el interés no sólo del alumno sino también de la comunidad en general. En el patio particularmente hay un sinnúmero de problemáticas, pensar en la Argentina seguramente tenemos una larga historia con respecto a la norma y la ley, dificultades sociales ante problemáticas que exigen una actitud de cooperación y confianza en los demás.

Es posible observar como distintas formas adquiridas por el espacio escolar, las políticas de construcciones escolares, diseños arquitectónicos, han respondido a las planeamientos concretos de las administraciones educativas. Jugar en los patios es jugar en un lugar de libertad vigilada, en un sitio (a la escuela hay que ir), y también una sede (en la escuela hay que permanecer). El poder de lo político y de la política están representados no solo en el patio sino en el saber y en el hacer.

Muchas propuestas transformadoras se ven entusiasmadas con lograr un aumento del tiempo escolar, pero no se muestra la misma pasión por el aumento del espacio en las nuevas escuelas. La falta de infraestructura adecuada para los juegos no es una novedad, la construcción, el acondicionamiento y mantenimientos de patios de juegos nunca logran una calificación presupuestaria aceptable, hay otras prioridades.

Pensar en el juego es ingresar en la fantasía donde los códigos están presentes y las reglas son móviles y las podemos cambiar sin preguntar como.

BIBLIOGRAFIA

Víctor Pavía, “El patio escolar, el juego en libertad controlada”. Un lugar emblemático territorio de la pluralidad. 1era. Edición, marzo del 2005. Ediciones Novedades Educativas.

Jaime Barylko, “La Filosofía”, Una invitación a pensar. Primera edición., Octubre del 2000.

Pierre Bourdieu, “Capital Cultural, Escuela y Espacio Social, 1ra. Ed. Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina, 2003.

[1] Mag. Víctor Pavía, El patio escolar: el juego en libertad controlada. Un lugar emblemático territorio de pluralidad

*Maestro en Educación Física

Profesor en Educación Física

Licenciado en Educación Física

Maestría en Educación Corporal (falta tesis final) Universidad de La Plata