Por Sebastián Ríos
El 36% desconoce que es una enfermedad que puede generar discapacidad y el 20% cree que es curable.
Lo que los argentinos sabemos sobre la artritis reumatoidea, una enfermedad auto inmune que afecta principalmente a las articulaciones, no sólo es poco, sino que en algunos casos incluso es erróneo.
Eso es lo que muestra una reciente encuesta realizada por la consultora Ipsos-Mora y Araujo, con el fin de establecer el grado de conocimiento de la población general sobre esta enfermedad. El diagnóstico precoz es fundamental para evitar la discapacidad que se asocia a su evolución.
Según la encuesta, el 61% ha oído hablar sobre la artritis reumatoidea, pero al mismo tiempo el 36% dijo desconocer que se trata de una enfermedad que puede generar discapacidad a largo plazo. Por otro lado, más de la mitad de las personas encuestadas dijo creer que esta enfermedad sólo afecta a las articulaciones.
Y si bien las articulaciones de las manos, los pies, los codos, las rodillas y el cuello son el blanco inicial del ataque de las propias defensas del paciente, lo cierto es que la enfermedad puede atacar también los tejidos de los ojos, de los pulmones y de los vasos sanguíneos. Es por eso que, sin tratamiento adecuado y temprano, la artritis reumatoidea puede acortar la expectativa de vida de los pacientes.
Otros errores de información observados por la encuesta, realizada en febrero entre 1200 adultos, son: el 20% cree que la artritis es lo mismo que la artrosis (son dos enfermedades distintas) y el 43% desconoce que la artritis reumatoidea puede acortar la vida.
Diagnóstico tardío
La falta de conocimiento sobre la enfermedad, que en
Un estudio realizado en la ciudad de Buenos Aires y en varias provincias (incluidas Buenos Aires, Córdoba, Salta y Río Negro) mostró que los pacientes tardan, en promedio, 13 meses en llegar a la consulta con el reumatólogo.
«Las guías internacionales y locales de artritis reumatoidea señalan que el tratamiento debería comenzar entre 2 y 4 meses después de la aparición de los síntomas», señaló el doctor Gustavo Citera, jefe de
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