viernes, abril 18, 2025

Ecología

MODA RÁPIDA: Alarma Mundial

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La industria de la moda rápida, un modelo de producción y consumo textil basado en la fabricación veloz, a gran escala y bajo coste de prendas con un ciclo de vida efímero, se encuentra en el ojo de la tormenta por su devastador impacto ambiental.

Expertos advierten que este sistema insostenible convierte al sector textil en uno de los más contaminantes del planeta, generando graves problemas como la polución del agua y elevadas emisiones de carbono.

La popularidad de la «Fast Fashion» radica en su accesibilidad y la constante oferta de nuevas colecciones a precios asequibles, permitiendo a los consumidores seguir las últimas tendencias sin un gran desembolso económico.

La rapidez en la producción y distribución facilita la adquisición casi instantánea de estas prendas. Sin embargo, esta dinámica de consumo tiene consecuencias ambientales y sociales alarmantes, lo que ha impulsado una creciente conciencia sobre la necesidad de sostenibilidad y alternativas más responsables.

«Ir a la última podría matar al planeta»

El Secretario General de la ONU, António Guterres, recientemente alzó la voz para exigir medidas urgentes contra el «devastador impacto» de la industria textil en el planeta.

Subrayó que la moda rápida consume cantidades ingentes de recursos naturales, incluyendo 215 billones de litros de agua anualmente, equivalentes a 86 millones de piscinas olímpicas, y utiliza miles de productos químicos, muchos de ellos perjudiciales para la salud humana y los ecosistemas.

A pesar de estas cifras impactantes, la producción y el desecho de ropa se realizan a un ritmo sin precedentes, impulsados por un modelo de negocio que prioriza la velocidad y la obsolescencia frente a la sostenibilidad.

Guterres advirtió que la crisis de residuos en la moda es solo un síntoma de un problema global mucho mayor, donde se generan más de 2 mil millones de toneladas de residuos al año, suficientes para dar 25 vueltas al planeta.

El Sur Global, vertedero del mundo rico

El titular de la ONU denunció que «el mundo rico está inundando el Sur Global de basura», incluyendo desde ordenadores obsoletos hasta plásticos de un solo uso.

Muchos países carecen de la infraestructura necesaria para procesar estos desechos, lo que agrava la contaminación y genera condiciones de trabajo peligrosas para los recicladores.

Oportunidades para un futuro más ético

A pesar del panorama sombrío, existen oportunidades para transformar la industria de la moda hacia prácticas más sostenibles.

Guterres destacó cómo diseñadores están experimentando con materiales reciclados y cómo los consumidores demandan cada vez más sostenibilidad, con un auge en los mercados de reventa.

Se estima que duplicar la vida útil de la ropa podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 44%.

Para avanzar hacia un futuro más responsable, Guterres instó a gobiernos a promulgar políticas que fomenten la sostenibilidad y la economía circular.

Asimismo, exigió a las empresas ir más allá del «greenwashing» y tomar medidas reales para reducir residuos, aumentar la circularidad y mejorar la eficiencia de los recursos en sus cadenas de suministro.

Los consumidores también tienen un papel crucial al tomar decisiones conscientes, valorando la durabilidad de las prendas, reduciendo el consumo excesivo y optando por mercados de segunda mano. «No hay lugar para la impostura ecológica», enfatizó Guterres.

Finalmente, el Secretario General de la ONU recordó que la lucha contra los residuos requiere una coordinación global, especialmente considerando que más de mil millones de personas viven en barrios marginales sin una gestión adecuada de residuos, lo que conlleva graves riesgos para la salud y el medio ambiente. «Comprometámonos a poner de nuestra parte para limpiar nuestros actos y construir un mundo más sano y sostenible para todos», concluyó.

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