La Escuela Bonaerense Reafirma su Compromiso como Territorio de Paz y Convivencia ante Hechos de Violencia Social
En respuesta a los recientes hechos de violencia social que han involucrado a adolescentes y jóvenes, y en algunos casos han tenido a las escuelas como escenario, la comunidad educativa bonaerense ha emitido una sentida carta reafirmando su rol fundamental como territorio de paz, diálogo y convivencia democrática.
El comunicado subraya que el sistema educativo no permanece indiferente ante estos sucesos y propone una reflexión profunda sobre la situación. Si bien se valoriza el rol del Estado en la construcción de una sociedad más justa y se reconoce su responsabilidad en la seguridad y los derechos de las personas, la carta enfatiza que la escuela no es una institución neutral ante la agresión, la violencia y el desvinculo que afecta a estudiantes, docentes, auxiliares y familias.
En este sentido, la comunidad educativa bonaerense reafirma su compromiso de escuchar y mediar en situaciones de desconfianza y agresión. Destaca la importancia de la intervención integral del Estado, mencionando las acciones conjuntas que se llevan adelante entre la Dirección General de Cultura y Educación y los ministerios de Salud, Seguridad, Justicia y Desarrollo de la Comunidad, con el objetivo de incrementar su presencia en las comunidades más afectadas.
Los educadores expresan su plena confianza en quienes integran la comunidad educativa, señalando que a menudo la escuela es el primer lugar donde se advierten los indicios de conflicto, observando lo que la sociedad a veces ignora. Se subraya el rol de la escuela en la enseñanza del respeto a la ley, la importancia de las autoridades y la asunción de las consecuencias de las propias decisiones.
La carta destaca que la escuela es un espacio de cuidado y escucha atenta, donde se priorizan las normas, las leyes y los acuerdos de convivencia. Si bien no se niega la necesidad de tomar decisiones para garantizar la seguridad, se enfatiza que el mero punitivismo no es la única forma de educar. Asimismo, se redoblarán los esfuerzos para garantizar medidas de resguardo y reparación para docentes y auxiliares víctimas de violencia, en el marco de los acuerdos paritarios vigentes.
Un llamado especial se dirige al mundo adulto, solicitando una corresponsabilidad ante la situación. Se observa con preocupación cómo se deposita en la escuela y sus docentes toda la responsabilidad de la educación, ignorando el impacto de un contexto social marcado por la agresividad, la hostilidad y la degradación de la conversación pública. Se advierte que los problemas que llegan a la escuela a menudo son el resultado de procesos latentes y violentos, invisibilizados por los adultos responsables.
La carta también expresa preocupación por la modelización de discursos agresivos e intolerantes desde altas esferas de responsabilidad pública, lo que dificulta la formación de ciudadanos respetuosos y democráticos. En contraste, se destaca el rol de la escuela como un espacio de contención y unión, especialmente en un contexto de desprestigio institucional y disolución de lazos sociales.
Otro punto importante abordado es el impacto del mundo virtual y las redes sociales, un territorio sin normas donde la humillación y la exclusión son frecuentes. Se advierte sobre el peligro de la exposición a contenidos agresivos y deshumanizantes en la privacidad de las redes, sin la supervisión de adultos responsables.
Finalmente, la comunidad educativa bonaerense reafirma su convicción de consolidar los lazos solidarios y transmitir valores a las nuevas generaciones. Se dirige especialmente a los estudiantes que presencian actos de violencia, instándolos a abandonar la pasividad y comprometerse para que estos hechos no se repitan. También se menciona el trabajo conjunto con el Ministerio de Salud en el programa «La salud mental es entre todas y todos» y con el Ministerio de Seguridad en el programa «Cuidar y proteger escuelas y comunidades».
La carta concluye con un pedido de colaboración a los medios de comunicación para que no solo exhiban a los jóvenes como protagonistas de violencia, sino que también destaquen su solidaridad y compromiso. Se reafirma que la escuela seguirá siendo un espacio prioritario para el conocimiento, la palabra y la escucha, trabajando por la paz y el respeto, y reconociendo la labor de todos los que construyen una mejor educación día a día.