Agustín Canapino correrá el campeonato de IndyCar en 2023 con el Juncos Hollinger Racing.
En una conferencia de prensa conjunta entre Agustín Canapino y el equipo Juncos Hollinger Racing, liderado por Ricardo Juncos, se confirmó que el piloto arrecifeño correrá la temporada 2023 de la IndyCar y será compañero de Callum Ilott.
El sueño se hizo realidad. Después de anhelarlo por mucho tiempo, de desearlo con fuerzas y de perseguirlo con perseverancia y trabajo, Agustín Canapino puede decirlo con contundencia: será piloto de IndyCar.
Y lo hará ni más ni menos que en una estructura encabezada por un compatriota suyo. ¿Cómo llegó un argentino a una de las categorías más importantes y competitivas del mundo? La respuesta es más compleja y laboriosa de lo que aparenta, y, además, llevó mucho tiempo de cocción.
El piloto de 32 años, enfatizó: “Es una oportunidad única, se me pone la piel de gallina y me llena de orgullo. Es la categoría más difícil y competitiva del mundo. Es un placer y un desafío, además de un salto de calidad impresionante. Quiero ir creciendo poco a poco para poder tener una segunda oportunidad después”. Y Ricardo Juncos agregó: “Todo lo que se pudo ver en cada una de las exhibiciones motivó a todas las partes para poder concretar este sueño. Que Agustín corra todas las fechas del campeonato es un sueño hecho realidad”.
Canapino, que con 15 campeonatos a nivel nacional se erige como la máxima referencia en el ámbito local, tuvo algunas escasas oportunidades de demostrar su capacidad en el plano internacional y nunca defraudó: primero en las 24hs de Daytona con el Cadillac Dpi de IMSA del Juncos Racing, en 2019, en la que compartió pista con el experimentado Fernando Alonso (bicampeón de Fórmula 1) y luego en el simulador, una de sus especialidades, en las que se destacó ante nombres propios como Max Verstappen y Lando Norris (actuales figuras de La Máxima) mientras se medía ante ellos como piloto oficial del equipo Williams eSport en Iracing.
Todo ese bagaje y ese feeling a una exigencia altísima, le permitió al Titán -y a todos los fanáticos del automovilismo- comprobar una teoría implícita en el colectivo fierrero: Agustín se merecía una chance concreta a ese nivel.
El primer indicio de una noticia rimbombante y de peso se avizoraba el 4 de octubre, fecha en la que se hizo oficial el anuncio de las pruebas que Agustín haría con el IndyCar de Juncos.
Primero el 12 de octubre, en el circuito de Sebring, en el cual giró para tener un primer contacto real con la potencia del monoplaza que lucía el número 77 en sus laterales. Fue positiva y marcó un precedente: unos días antes, en el Campo Argentino de Polo, Agustín y Ricardo confirmaron que harían dos exhibiciones en nuestro país.
La primera sería en el Autódromo de Buenos Aires Oscar y Juan Gálvez, el fin de semana del 5 y 6 de noviembre, en el marco de la carrera de los 200 pilotos del Turismo Nacional. La segunda fue en el Autódromo Internacional de Termas de Río Hondo y, al igual que en Buenos Aires, una enorme cantidad de público se acercó a vivir una experiencia casi única: fue el primer IndyCar en volver a pisar suelo argentino luego de 51 años, tras el único paso de la categoría por el país en las míticas 300 Millas de Rafaela en 1971.
Luego del revolucionario evento, Jay Frye, el Presidente de la NTT IndyCar Series, manifestó que la recepción de los fanáticos fue «increíble».Y agregó: “Diría que lo mejor es que llamaron nuestra atención. Agradecemos el interés de todos los que vinieron a ver esto. Todo lo que vimos fue un evento increíble. Trabajamos con Ricardo (Juncos) para coordinar, obviamente, con Chevrolet, cómo iba a ser la logística, el envío, la parte técnica y el piloto. Recién en ese entonces fuimos conscientes de lo mucho que trabajó en esto durante mucho tiempo para lograrlo. Lo que vimos superó ampliamente las expectativas, hubo mucho interés, mucha gente. Fue algo realmente bueno para Ricardo regresar a su país, fue genial que pudiera hacer eso de regreso a su casa. Y como mencioné, no sabíamos qué esperar, pero lo que sea que esperábamos, lo superó. Fue increíble”.
El objetivo, además, tiene un trasfondo interesante. Se baraja la opción de ampliar el calendario de carreras de la especialidad, que actualmente cuenta con 17 fechas por temporada y se analiza la opción de ampliarlo a 20 eventos.
En ese contexto, la oportunidad de materializar una carrera en Argentina, luego de tanto tiempo, sería algo extraordinario. Pero recién se proyectaría para el año 2024.
Para Canapino, que no dejar de sorprender en cada una de sus incursiones en diferentes categorías, fue una experiencia única e inolvidable. “Siento que fue tocar el cielo con las manos. Lloré mucho porque me acordé de mi viejo (Alberto) y de lo orgulloso que estaría él por haberme visto manejar un auto de estas características. Lo pude hacer en el Autódromo de Buenos Aires, que es la catedral, y también en Termas de Río Hondo, que es el mejor circuito de Latinoamérica y ese fue el broche de Oro”, reconoció.
Agustín, por su desembarco en la Indy, dejará vacante su butaca en el Turismo Carretera y en las TC Pick Up. En la categoría más importante de Sudamérica, el Titán se ausentará y será un nombre propio importante que se bajará del importante y destacado parte del TC.
El arrecifeño es el máximo campeón vigente de La Máxima: sumó coronas en 2010, 2017, 2018 y 2019. También daría un paso al costado de la categoría TC Pick Up, especialidad en la que había confirmado su debut, vía redes sociales, el pasado 3 de noviembre.
El automovilismo argentino, que lo vio conseguir el Olimpia de Oro en 2018, tendrá otra oportunidad -una más- de revalidar el increíble nivel de sus pilotos en el exterior. Para ello, con talento y esfuerzo, se está preparando Canapino, que ya probó, además, un auto de Fórmula 3 en el Autódromo de Buenos Aires a principio de esta semana.
El monoplaza de IndyCar, que por primera vez conducirá en alta competencia y ante los mejores pilotos del mundo, cuenta con frenos de fibra de carbono que le brindan un poder de frenado admirable (quizás una de las grandes diferencias con los autos que Agustín está acostumbrado a manejar en la Argentina); levas detrás del volante que reemplazan al pedal del embrague, lógicamente una mayor carga aerodinámica y una potencia increíble, como así también un compuesto de neumático más blando al que generalmente frecuenta.
Será, sin lugar a dudas, un gran desafío, pero, a su vez, una gran chance para demostrar -por enésima vez- que el Titán está sumamente preparado para desenvolverse con soltura en contextos en los que solamente unos pocos privilegiados pueden hacerlo.
La primera cita de la categoría será el 5 de marzo en el callejero de St. Petersburg, en La Florida.
De parte de todo el grupo que conformamos el Instituto de automovilismo deportivo, le deseamos a nuestro dictante el mayor de los éxitos en esta nueva etapa de su carrera deportiva. Sin lugar a dudas de que nuestro mentor Alberto Canapino lo estará festejando y acompañándolo por siempre.
IAD