A millones de europeos les resulta cada vez más difícil llegar no solo a fin de mes sino a mediados de mes.
Países como Alemania, que hace unos meses exhibían cifras macroeconómicas orgullosamente, se encaminan ahora hacia la temida recesión casi sin remedio. Todo es caro y escaso… y las cuentas ya no cuadran.
«A veces, cuando voy a comprar… por ejemplo, suele haber escasez de aceite y es una verdadera tontería tener que comprar productos más caros, porque realmente no tengo mucho dinero».
«Intento ahorrar dinero en mis otros gastos diarios, por ejemplo cancelando mi suscripción a Internet. O podría mudarme a un piso más barato, he pensado en ello».
Son decisiones dolorosas que rondan muchas cabezas y que Eurostat confirma con datos.
El pasado mes de septiembre, la inflación se aceleró en Europa: hasta casi un diez por ciento anual un 9,9% anual en la zona euro (frente al 9,1% de agosto).
Alemania se acercó al 11%.
Las repúblicas bálticas superan el 20%.
Francia (6,2%), Malta (7,4%) y Finlandia (8,4%) se sitúan a la cola.
Una vez más, la energía fue, con diferencia, la que más contribuyó al aumento de la tasa de inflación, seguida de alimentación, bebidas alcohólicas y tabaco.
En este contexto, ante la perspectiva de nuevas subidas de los tipos de interés para combatir la inflación, el euro ha vuelto a caer frente al dólar, la medidas del BCE pueden intensificar la desaceleración económica.