Por Teresa Curristine , Nino Tchelishvili y Sureni Weerathunga
La elaboración de presupuestos con perspectiva de género está más extendida, pero la implementación sigue siendo un desafío.
La pandemia ha profundizado las brechas de género de larga data, y las mujeres continúan soportando la carga del trabajo no remunerado. Al estructurar el gasto y la tributación de manera que promuevan la igualdad de género, un proceso llamado presupuesto de género, los gobiernos pueden ayudar a cerrar la brecha.
En reconocimiento al Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo, el Gráfico de la semana hace un balance de las prácticas presupuestarias de género en los países del Grupo de los Veinte utilizando datos de una encuesta reciente del FMI. La investigación muestra que, si bien todos los países del G20 han promulgado políticas fiscales centradas en el género, las herramientas presupuestarias para hacer operativas, evaluar, monitorear y auditar estas políticas siguen siendo más limitadas. Muy pocos países evalúan el impacto inicial de las políticas sobre género o evalúan su eficacia ex-post.
El personal técnico del FMI evaluó el desempeño relativo de las prácticas de los países, utilizando un índice de presupuesto de género (GBI) enmarcado en torno a los cuatro pilares del marco de presupuesto de género del FMI. El índice utiliza datos recopilados de la encuesta del FMI y clasifica a los países en alto, medio o bajo, según su puntaje. Como muestra el Gráfico de la semana, en relación con sus pares del G20, Canadá, México , Francia, Corea del Sur y Japón obtienen una puntuación alta en el GBI.
Más de la mitad de los países del G20 cuentan con un marco legal que requiere que los objetivos y actividades de género se incorporen en el presupuesto, y casi todos recopilan estadísticas desglosadas por género hasta cierto punto. Los países también intentan incorporar una perspectiva de género al proceso de preparación del presupuesto, vinculando las metas y los indicadores de desempeño con el género, o emitiendo circulares presupuestarias con una perspectiva de género. Sin embargo, solo un tercio realiza evaluaciones de género iniciales para comprender el impacto potencial de las nuevas políticas sobre la igualdad de género.
Los países del G20 obtienen una puntuación relativamente baja en la integración de una perspectiva de género en la ejecución del presupuesto. La información de género rara vez se incluye en los informes financieros anuales del gobierno. Solo siete países realizan evaluaciones de impacto de género ex-post y rara vez las utilizan para mejorar el diseño de políticas. Pocos países auditan las actividades y programas de género, aunque existe cierta supervisión por parte de las legislaturas en aproximadamente la mitad de los países del G20.
Las respuestas a la encuesta del FMI destacan algunos de los desafíos para implementar de manera efectiva la presupuestación con perspectiva de género, incluida la falta de orientación, coordinación y experiencia en análisis y datos de género. Pero la encuesta también revela las claves del éxito: fuerte respaldo político, requisitos legislativos y un ministerio de finanzas que está firmemente en el asiento del conductor.
Hacer que el impacto de las políticas sobre la igualdad sea más visible a través de mejores análisis e informes puede marcar una diferencia real en la vida de las mujeres.